Hace unos meses, en Made in Zaragoza lanzamos una convocatoria para incorporar nuevos blogueros a nuestro equipo de colaboradores y nos sorprendió que algunos de ellos tenían una historia común: habían vuelto a Zaragoza después de vivir en el extranjero y les había sorprendido encontrar otra Zaragoza, una Zaragoza transformada.
El dicho dice que a veces hay que marcharse para poder valorar lo que se tiene, pues bien, Elisabeth, Plácido y Cris volvieron a Zaragoza con nuevos sueños y expectativas tras vivir en ciudades como Barcelona, Bilbao, Londres o Dublín pero les sorprendió algo: encontrar una ciudad llena de gente apasionada, creativa y luchadora, gente que se ha quedado para mejorar la ciudad y ayudar a construir la Zaragoza con la que todos soñamos en el futuro.
Hablar de Zaragoza es hablar sobre perseverancia, de emprendedores que abren sus negocios y que continúan renovándose para seguir adelante, sobre acciones públicas y privadas que ayudan al resurgir de zonas como El Gancho, La Madalena, Casco Viejo, Arrabal (Zaragoza Activa), San José (en el caso de La Harinera) o Almozara-Delicias (en el caso de Etopia), festivales como Festival Asalto que remueven hasta las entrañas de la ciudad o ZGZ Escena, DanzaTrayectos o Festival de Cine de Zaragoza que potencian el teatro, el cine y la cultura; salas como Las Armas, Teatro Bicho, Teatro de las Esquinas o Arbolé que se renuevan mes a mes con su programación; ofertas gastronómicas revolucionarias como Juepincho o Puerta Cinegia Gastronómica… por supuesto, sin olvidar, la ciudad paseable con zonas verdes como Parque Grande José Antonio Labordeta, Parque del Agua o las Riberas o como el carril bici o el tranvía han ayudado a crear una ciudad que se mueve más allá del automóvil.
Zaragoza ha dejado de ser una ciudad sin color o descuidada porque hemos avanzado haciéndola mejor, más fuerte y creativa. Aún queda mucho por hacer pero es nuestra oportunidad para transformarla. Porque nosotros somos Zaragoza.
Durante las próxima semanas podréis leer una nueva sección en el blog de Made in Zaragoza que hemos llamado ‘A contracorriente’ donde contaremos con las siguientes firmas invitadas que nos darán su visión sobre la Zaragoza cambiante:
Elisabeth G. Iborra
Nació en Zaragoza en 1977, se crió en el barrio de Casablanca y, cuando la ciudad empezó a ampliarse, se mudó a Zalfonada, aunque
su sueño era vivir en el centro. Lo que pasa es que tenía un sueño mayor, que era ser periodista, y como aquí no había Facultad de periodismo, se trasladó a Bilbao.
Cuando terminó la carrera, pasó por Londes , Dublín, Barcelona… Tras 10 años trabajando allí, se fue a dar la vuelta al mundo al empezar la crisis, 2009. Cuando regresó, la debacle no tenía pinta de acabar, así que se mudó a Cádiz. Pero no encajaba del todo y, cada vez que volvía a Zaragoza, tiraba más de su la raíz. Así que en septiembre de 2016, después de 20 años fuera, volvió. Y, esta vez, sí, se instaló en el centro, en el barrio del Gancho, uno de sus sueños.
A Elisabeth le sorprendió la amabilidad y la educación de la gente. «Los maños tenemos fama de buena gente, caemos bien, pero nosotros lo damos por hecho. Pero eso se aplica a todo: No nos creemos todo lo bueno que tenemos, no lo apreciamos, no nos damos cuenta de la ciudad tan bonita y limpia que tenemos, ni la excelente calidad de vida; ni la paz que se respira por la calle, sin estrés, con esa predisposición a socializar y a llevarnos bien. No valoramos a los artistas que luchan por resistir, ni a los grandes profesionales que exportan el label zaragozano, ni los intentos por innovar en diseño, en gastronomía, en literatura y arte; ni apoyamos a los bodegueros que están consiguiendo encumbrar sus vinos a nivel internacional mientras muchos piden todavía un Rioja en el bar… Pero sí, eso es lo segundo que me está encantado descubrir: Esos grandes maños existen,están entre nosotros, los podemos disfrutar en locales, bares, tiendas y centros culturales de la capital. Y quizá para eso haya regresado: Para enseñarles, desde mis ojos, su propia capital».
Plácido J Manzanares
Periodista de vocación y formación. Está obsesionado por la música, el cine y la ecología. Con pasión por Zaragoza, su paisaje urbano y su buena compañía.
Cree en el periodismo y que Made in Zaragoza sirva para que sea su voz y escribir la historia del reencuentro con su ciudad.
Una ciudad en movimiento, con sonidos propios, con gente que le inspira y que hace que, cada nuevo día, sea un reto para superarse.
¡Una ciudad que ha crecido enormemente! Por supuesto, lo anecdótico sería resaltar que ahora hay tranvía, o que me encontré con árboles en Independencia. Me interesa más contar la emoción de ver que se han recuperado paseos ciudadanos, que hay interés por defender a artesanos tradicionales que, sin la protección de nuestro ayuntamiento, hace tiempo que habrían desaparecido o que se está ayudando ¡Por fin! a crear una cultura VERDE en mayúsculas. Me gustaría contar todas estas cosas que, en definitiva, hace que, cuando abro mis ojos por la mañana, vea a Zaragoza como un ejercicio de arte en sí misma.
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