Una ciudad formada con el material con el que se fabrican los sueños
“La La Land”, “Krypton”, “Tara” o “el País de Nunca Jamás” son algunos de los escenarios, reales o imaginados, a los que los zaragozanos hemos viajado en incontables ocasiones y han marcado tanto nuestra vida, que hasta hemos inmortalizado muchas de estas películas dando nombre a las calles del barrio de Casablanca, que unió sus dos palabras en una, para recordar para siempre la película.
Paseando por Independencia, podías ver los carteles de películas expuestos en las columnas de los porches, elegir título y comprar las entradas en alguna sala del centro, sin olvidar las palomitas o golosinas. Sé que comparto muchos de estos recuerdos con todos, por eso, y porque creo que es parte de nuestra Historia y cultura, voy a hablar de algunas «escenas» de las últimas décadas.
No estamos en el fin del mundo, pero desde aquí se ve
Un poco de historia. Las primeras exhibiciones experimentales se realizan en nuestra ciudad en la década de 1890, siendo pionera en España, fruto de la cercanía que había con los circuitos franceses, y que se manifestaría en proyecciones en teatros, cafés (el Iberia) y pabellones de existencia efímera. y que culminó con la apertura del que se puede considerar como primer cine de nuestra ciudad, el Variedades.
A partir de entonces, el número de salas no dejó de crecer y Zaragoza se convierte en una de los principales circuitos cinematográficos del país.
En los 50 se edifican los grandes cines que todos hemos conocido en nuestra infancia (Palafox, Fleta, Coliseo, etc.) Más tarde, con la llegada de los bingos, se perdieron varias salas (Gran Vía, Dorado) y llegaron los multicines (Buñuel, Aragón). Se organizan ciclos, como el de Woody Allen en el Cine Paris, y la Filmoteca en el Elíseos.
En los 80 surge una idea revolucionaria, poder llevarse las películas a casa: nacen los Video-Clubs. El video cambia nuestros hábitos, como el ir los viernes para alquilar películas para el fin de semana, quedar con los amigos para ver una de acción o esperar unos meses para ver el título que te perdiste en el cine. Eran espacios donde más que buscar, encontrabas películas.
José Luis Lacruz, hijo de los fundadores de Videoclub La Cruz, nos cuenta que “la aventura comenzó gracias a una empresa de TVE, Video Club España, que se puso en contacto con los profesionales del video y electrónica, para distribuir unos títulos que tenían. La cosa fue un bombazo, y en unos 7 meses se disparó el negocio. “Cuando vio la llegada del DVD decidió vender.
Recuerda el trato con los clientes “las señoras pedían películas de amor y lujo, y los señores las de acción, y los que no querían pagar los retrasos”. Para el futuro espera “que alguien desarrolle el videoclub total, donde se pueda encontrar cualquier título”.
Capítulo importante son los cine fórums y cine clubs que agrupaban a la inmensa multitud de aficionados al cine y que fue germen del Festival de Zaragoza.
Vamos a necesitar un barco más grande
El pasado, el presente y el futuro se unen en una cita obligada para todos los zaragozanos. De la cantera de los cine-clubs surgió José Luis Anchelergues, “Archi”, que de forma segura ha llevado al Festival de Cine de Zaragoza a Primera división. Cuando te habla, te va dando planos de un sueño que se ha hecho realidad. Su sello “los cortos de nuevos y jóvenes realizadores”. Su pasión, ir “más allá, a lo que hay detrás de las películas”
Ha organizado ya 4 exposiciones, como “la máquina del tiempo del cine aragonés” para que los espectadores aprendan a amar el cine, y descubran los grandes profesionales que pasan 3 años en gestar una película”. “Queremos formar a los espectadores y realizadores del futuro”
Una de las mejores experiencias fue cuando vio a escolares viendo sus trabajos en una pantalla de cine: “en una esquina lloré de emoción”. Aún así, “seguimos a años luz de otras comunidades, donde se asegura la difusión de las obras”.
Nos recuerda que la idea del Festival surgió cuando se dio cuenta “de que disfrutaba mucho más hablando con los organizadores, que viendo las películas” Ahí empezó a imaginar el programa perfecto para un festival.
El comienzo no fue fácil. Desde la Creación de la sociedad “el Gallinero” donde empezaron a organizar eventos de cine, con éxito, hasta la materialización de la idea pasaron años. Fue en 1996 cuando se atrevieron a dar el paso, y llevaron su idea al Ayuntamiento. El resto son 22 años de historia.
“Nos queda una asignatura pendiente, la social. Es un festival al servicio de su ciudad, y queremos que eso se note” El reto, que la gente conozca y se sienta orgullosa de su festival.
Si me necesitas, sólo tienes que silbar
Muchos años atrás, en octubre de 1897, Eduardo Jimeno Correas escribió la primera página del Cine Español: “Salida de Misa de Doce del Pilar de Zaragoza”, y una semana más tarde rueda el primer remake de la historia (ahora lo llaman reboot), ya que vuelve a hacer la misma película, que nombra “Saludos”, en la que ciudadanos de la Zaragoza del siglo XIX, agitan el sombrero mirando a la cámara.
A lo mejor no somos San Sebastián o Valladolid, a lo mejor no nos hace falta, pero si necesitamos volver a nuestras raíces, al gusto por lo bueno, por las tardes de cine, o los ciclos en verano, en el que nos daba por ver por ejemplo, lo mejor de Hitchcock.
A lo mejor lo que nos falta es sentirnos orgullosos de nuestra historia, y apoyar el hombro y dar lo mejor de nosotros mismos a un festival que nos necesita, que necesita más presencia y más entusiasmo, y no sólo de instituciones, sino de nosotros los zaragozanos, los de la calle Como se dijo en una película “Al infinito y más allá”.
Este artículo pertenece a la serie ‘A contracorriente: reencuentros con una Zaragoza cambiante’ en la que mostramos la visión de zaragozanos que han vuelto a la ciudad tras haber estado viviendo fuera durante años.
Me emocionan tus palabras y la pasión que transmiten, y después de leerte me propongo una cosa: vivir más mi ciudad y empezar por el festival, que aunque parezca mentira es la primera noticia que tengo de él.
Me ha gustado lo que dices y cómo lo cuentas así que espero ir al festival, por participar que no quede