
Siempre que trabajamos un proceso de innovación con una empresa surge el problema de la implementación y este problema es mayor cuando la empresa se reduce a una persona.
Es el caso de Fabiola Gil y su estudio de grabado japonés (el arte del mokuhanga), Fabiola es la artista, la profesora, la gestora, la vendedora y la responsable de redes sociales y además de eso, tiene que estar pensando y desarrollando los nuevos proyectos.
Para que una estrategia de innovación funcione se tienen que conjugar varios elementos:
Motivación
Compromiso
Energía
Y partiendo de que la motivación en Fabiola y en casi todos los pequeños negocios de Made in Zaragoza viene de serie, vamos a centrarnos en cómo afrontar el problema del tiempo y de la multitud de tareas a las que hacer frente.

Primero la lista
Hay que tener claro todo lo que tenemos que hacer ahora y todo lo que además queremos hacer en el futuro y hacer una lista (no te hagas trampas, hay que apuntarlo todo, hasta eso que sólo te va a costar 5 minutos y luego te lleva media mañana)
Lista con todas, todas nuestras actividades
Segundo, revisión crítica de todas las actividades a realizar
Aunque no lo creas, hay muchas cosas que hacemos por rutina y que podríamos suprimir o al menos, gestionar de una manera más eficiente
Nueva lista (espero que algo más corta, no tengas piedad)
Tercero, retomar la lista
Retomar la lista y organizar las tareas a realizar por grupos o proyectos, de esta manera si decides suprimir o posponer un proyecto, ya tienes todas las actividades que no vas a hacer agrupadas. (En el caso de Fabiola tras el segundo paso la lista no se reduce mucho pues trabaja muy bien la mejora de procesos)
- Actividades generales de gestión
- Actividades de cada uno de los proyectos actuales
- Actividades de los proyectos futuros

Cuarto, la realidad impera
Aquí toca ser realista, cuantificar en tiempo y colocar en el calendario nuestras actividades actuales
Qué voy a hacer, qué día y cuánto tiempo me va a llevar
Y aquí no os olvidéis de algo que me enseñaron los primeros informáticos con los que diseñé un programa, tenéis que añadir buffers (espacios de tiempo vacíos para imprevistos).
Los buffers se pueden añadir de dos maneras:
- Pequeños huecos cada día
- Un hueco más grande cada semana
Si no creas estos buffers irás siempre sobrepasado por las circunstancias (Murphy existe y se hace presente siempre y en los peores momentos)
Una vez hayas situado tus actividades actuales en el calendario te vas a dar cuenta de si tienes tiempo sobrante o si, por el contrario, no tienes tiempo para desarrollar los nuevos proyectos
Quinto, tomar decisiones
En este momento nos pueden ocurrir dos cosas:
1) Si te queda tiempo sobrante.
Tienes que valorar qué puedes hacer en ese tiempo disponible de la estrategia de innovación diseñada y priorizar las acciones (es importante diseñar el conjunto para tener la visión global, pero trocear las acciones para alcanzar esa visión y empezar por uno de los trozos).
2) Si no te queda tiempo sobrante.
Tendrás que ver dónde puedes suprimir para ganar tiempo que te permita desarrollar nuevos proyectos. Y aquí es dónde habitualmente se entra en bucle, con el no puedo suprimir nada. Pues si no puedes suprimir nada, te vas a quedar como estas y supongo que quieres mejorar ¿verdad?
¿Por qué es tan duro este momento? Porque a todos nos duele dejar de hacer determinadas cosas, dejar de atender a determinados clientes… a todos nos cuesta cambiar.
Pero para tener resultados diferentes, tendremos que hacer cosas distintas ¿verdad?
Pues ahí estamos con Fabiola Gil, viendo como encajar los nuevos proyectos en su día a día, que os aseguro es intenso, intenso.