Fue una suerte impartir el workshop «Claves para trabajar el Espacio Comercial» porque nos encantó visitar a Mª José en su tienda Sol y Arena.
Nos contagió su alegría, conocimos su visión de la moda de tallas grandes y nos empapamos de sus conocimientos y experiencia, porque en cuestión de confección femenina, ella como se suele decir «sabe latín».
Como buena emprendedora, estaba abierta a recibir indicaciones y dispuesta a llevar a cabo los cambios necesarios. Además, pudimos comprobar que, como a muchas nos pasa, es una autentica mujer orquesta: lo mismo selecciona y compra el género (siempre «made in spain»), que monta el escaparate, reorganiza los percheros, arregla las prendas a medida de cada clienta, sube fotos a redes sociales (Facebook e Instagram), atiende con su paciencia y sonrisa innatas, cose, limpia, gestiona, etc.
Total que empezamos ojeando y preguntando:
– ¿Tienes localizados los puntos calientes y puntos fríos de tu tienda? (Zonas más o menos vendedoras según la distribución del local, visibilidad y accesibilidad del cliente, etc)
– ¿Cada cuanto tiempo cambias el escaparate y la exposición interior? (Lo ideal en una tienda de ropa es rotar la mercancía cada 15días máximo para ir exponiendo diferentes estilos, colores, modelos, etc)
– ¿Qué sistema sigues para mostrar estilismos completos o «total looks»? (Es importante que el cliente vea y encuentre cerca prendas combinables entre sí)
– ¿Sabes cuáles son tus productos básicos y tus líder? (Los primeros se refieren a prendas lisas de precio módico muy vendibles porque son fondo de armario para cualquier persona -leggins, camisetas, camisas, etc- y los segundos, son prendas indispensables que fidelizan clientes por lo bien que sientan-artículos populares por ser de una u otra marca, cazadoras o abrigos con un patrón determinado, etc)
– ¿Qué recursos decorativos empleas? (No es necesario invertir una fortuna en atrezo cuando hay trucos tan efectivos como: elegir el color de la mercancía -las monocromías por ejemplo atraen mucho al cliente-, crear alturas, repeticiones o usar vinilos u otros elementos gráficos de apoyo -revistas, fotos, ilustraciones, cartelería-)
Conforme avanzábamos, aclarábamos dudas sobre el espacio.
Lo genial de estar en Sol y Arena fue conocer las tablas y la motivación que tiene MªJosé, que abrió su comercio hace más de 25 años y sigue ilusionada al pie del cañón, además de que se trata de una de las pocas tiendas de Zaragoza ultraespecializadas en moda femenina de tallas grandes.
Poco a poco concretamos lo que debía potenciar y también las mejoras necesarias, entre las cuales sugerimos que sería genial:
- Personalizar la experiencia de marca: aprovechando su personalidad jovial, toda la tienda podría tematizarse siguiendo el hilo conductor del nombre «Sol y arena» y trasladándolo, entre otras cosas, a la decoración del local -y no de forma textual sino sutilmente- (pintura y detalles cálidos, revestimientos, mobiliario, música, aroma, empaquetado, rotulación, etc).
- Crear secciones que fomenten la venta cruzada: lo bueno que tiene vender moda, es que si una prenda atrae por como le queda al maniquí, se vende. Por lo que, si se exponen varios total look de forma clara, ordenada y bonita -es decir, superponiendo prendas en bustos o perchas de frontales y combinando bien colores, tejidos y accesorios- es muy fácil que el cliente entienda como vestirse y compre el look completo.
- Comunicar experiencia y renovación: para recalcar los años de trayectoria y al mismo tiempo la constante actualización, conviene transmitir mayor frescura en el espacio físico -como ya lo hace en redes sociales con esa modelo suya con tanto desparpajo jeje-. Ayuda mucho también, publicar textos e imágenes que hablen de la filosofía, valores e identidad de marca.
Tras esta visita, hicimos la sesión formativa grupal junto a Vega (dueña de Lencería Anagara) y les enviamos un informe con recomendaciones.
En resumen, esperamos haber aportado algo interesante a Mariajo de Sol y Arena, a quien agradecemos mucho que nos permitiera asesorarla (eres un amor y por cierto, ¡tu bizcocho está riquísimo!).
