Hace poco presentábamos la obra de la artista Cristina Silván en Made in Zaragoza con motivo de su participación en el ciclo «Mutantes» del programa de arte actual Córner MIZ. Ya vimos que su obra es geométrica y muy envolvente visualmente. Sus construcciones lineales se crean a modo de arquitecturas imposibles, caóticas, cargadas de color que parecen desafiar las leyes de la física y de las matemáticas ofreciendo múltiples lecturas de una misma pieza.
Ahora en Córner MIZ, Cristina Silván ha realizado una intervención titulada «Mutantes en espacios mutantes». Una instalación efímera de carácter lineal con cinta adhesiva que se desenvuelve y fluye por el espacio físico, prolongándose de una pared a otra de una forma sencilla pero muy coherente. El desarrollo empieza de forma simple con una línea vertical que discurre por la pared, el suelo y llega a la otra pared donde se transforma en un caos ordenado de líneas que crean formas geométricas como suspendidas en el espacio.
La primera parte de la obra se compone de una línea vertical de color amarillo que divide el espacio del arco por la mitad y se prolonga por el suelo. Una luminosa línea vertical de color sobre un fondo negro, un juego de color que crea un volumen espacial a partir de la combinación de línea y color. Le gusta jugar con la línea y el color para crear volúmenes y formas tridimensionales a partir de las dos dimensiones. Cristina juega con el protagonismo de la presencia arquitectónica del arco de ladrillo que por su volumen ya ocupa visualmente el espacio y dentro de él deja esta delicada línea que sale de la pared y se desliza por el suelo.
A la artista le atraen las geometrías por el misterio que le provocan sus formas. Visualmente, esta frágil obra lineal nos podría recordar o insinuar una misteriosa zona de tránsito, una especie de delgada puerta a otro lugar, al espacio geométrico personal de la artista y al propio espacio creado en Córner MIZ en la siguiente zona con la que se une y donde despliega esa delgada línea en una construcción casi imposible.
En esta segunda parte de la intervención, Cristina realiza una perfecta combinación de líneas y planos de color creando formas tridimensionales a partir de las dos dimensiones. El uso del color amarillo y azul sobre fondo negro genera una construcción geométrica con una perspectiva imposibleque queda suspendida en el espacio, como levitando en el aire con cierta fragilidad.
El objetivo de Cristina Silván es ordenar las formas y colores en el espacio creando maravillosas composiciones como la que ha realizado en Córner MIZ. Un espacio geométrico único e irrepetible en el que introducirnos y perdernos por él, descubriéndolo e interpretándolo de manera personal.
La obra de Cristina Silván se puede ver hasta finales de mayo en Córner MIZ (Zaragoza Activa – La Azucarera).