Nos acercamos hasta el Centro de Historias de Zaragoza a descubrir la intervención artística que se encuentra expuesta en el Espacio Tránsito, uno de los espacios expositivos más interesantes de la ciudad. Este espacio, que siempre presenta una atractiva y más que acertada programación de intervenciones e instalaciones específicas, acoge hasta el 14 de noviembre el proyecto «Cartografía de la luz» de la también siempre interesante artista Prado R. Vielsa.
Prado Vielsa (Soria, 1972), a quien ya conocemos por exposiciones y proyectos previos, es una artista afincada en Zaragoza desde hace años que se dedica a explorar las características y la esencia de la luz en una personal y sutil obra artística. Analizando su obra, podríamos decir que Prado parte de la fotografía para explorar nuevos caminos plásticos, gráficos y escultóricos investigando sobre la luz y el color como eje principal de su trabajo.
En el Espacio Tránsito, Prado, presenta una espectacular instalación titulada «Cartografía de la luz» compuesta por dos piezas escultóricas realizadas en una serena gama cromática azul que aparecen suspendidas en el aire.
La obra de Prado se caracteriza por el uso del material en el que está realizada. La artista trabaja con acetato, un material transparente que se emplea en la industria gráfica y se destina a la fabricación de películas fotográficas. Este material le permite imprimir térmicamente la imagen, trabajada digitalmente de forma previa, sobre la superficie para después trabajarla de un modo casi escultórico, modelándolo, doblándolo y facetándolo creando unos planos y un desarrollo plástico muy interesante. Así, la artista consigue un juego conceptual para traspasar cualquier categorización artística ya que sus obras se desarrollan en un terreno mestizo entre la fotografía, la imagen, la escultura y la pintura.
En detalle, podemos ver en la superficie las tramas creadas por Prado Vielsa y como fluyen por una gama cromática fría, pero serena, de azules intensos a azules claros casi transparentes. Un juego de color que destaca de forma muy hábil sobre el blanco de la pared y el hormigón gris de los relieves escultóricos de Santiago Arranz.
Igual de interesante que la obra física en sí, se nos presenta el juego que la artista plantea con el movimiento y con las luces y sombras que la propia obra proyecta sobre las inmaculadas paredes pintadas de blanco del espacio. Cobra especial importancia el movimiento en el desarrollo conceptual de la instalación al estar suspendida en el aire a merced de las corrientes y flujos de aire que pueden moverla de forma sutil, modificando ligeramente su apariencia.
Del mismo modo, la artista plantea una presentación en la que la iluminación juega un papel fundamental, casi teatral, proyectando luces sobre la pieza que van variando también con su movimiento y trazan una serie de sombras sobre una aséptica pared blanca que dibujan una nueva lectura plástica de la obra.
Prado Vielsa consigue crear una intervención dinámica muy poética, muy sugerente y sutil que nos lleva al terreno de lo emocional. Una obra donde nos habla de la memoria y los recuerdos, las emociones, los sueños y los deseos según podemos leer en el texto (de Ana Revilla) que acompaña a la instalación.
La intervención «Cartografía de la luz» se puede visitar hasta el 14 de noviembre en el Centro de Historias (Pza. San Agustín, 2) en horario de martes a sábado, de 10 a 14h y de 17 a 21h y, los domingos, de 10 a 14:30h.
🙂 Por cierto, en este año 2021 el Espacio Tránsito del Centro de Historias cumple quince años de trayectoria así que vamos a celebrarlo con ellos con un artículo especial en el que repasaremos la historia de este espacio tan especial y conoceremos un poco más sobre la gestión que hay detrás. Seguro que os gustará.