Patricia, de Patipatú (Jorge Cocci, 23, en Las Fuentes), explica los secretos de sus turrones y propone una versión sencilla de su tableta de chocolate negro con galletas de canela y jengibre
En los supermercados los ponen nada más pasar Pilares, si bien lo suyo es empezar a comprar turrones cuando la Navidad verdaderamente aparece en el horizonte, y mucho mejor si uno se decanta por las especialidades artesanas. Zaragoza cuenta con una oferta turronera de calidad en pastelerías y obradores, ámbito en el que, en el barrio de Las Fuentes, se ha hecho su pequeño hueco Patipatú (Jorge Cocci, 23). Patricia Blasco, su responsable, explica a MIZ los detalles de cómo elabora sus variedades de turrón y además da una receta fácil para animarnos a hacer en casa nuestra propia tableta y así sorprender en estas fiestas.
Patipatú, con cinco años de andadura como obrador y cafetería, se asocia a sus preparaciones saladas vegetarianas y saladas y, especialmente, a sus tartas, productos distintivos que cada diciembre se amplían con creaciones como su muy demandado Tronco de Navidad y los turrones, de los que esta vez cuenta con tres opciones: de praliné y kikos, de galletas de canela y jengibre y de cacahuete y frambuesa. El primero, el favorito de Patricia, ya es un clásico en el local, el segundo entró en escena el año pasado y el tercero constituye la novedad para que así haya uno de cada color al tratarse, respectivamente, de chocolate con leche, negro y blanco.
Esta temporada ha vendido más de 100 tabletas. El de praliné y kikos, adictivo por lo bien que casa el chocolate con leche con el punto salado y el toque crunchy, lleva avellanas y, por supuesto, maíz, mientras que el de chocolate negro tiene como elemento clave las galletas de canela y jengibre que saca en estas fechas, presente en la pasta que se elabora primero y también en los trocitos que se añaden después. En la receta juegan asimismo un papel relevante las especias, de las que falta mencionar el cardamomo, y la ralladura de naranja. El sabor de la combinación resulta muy navideño a la par que diferente.
Por su parte, el turrón de cacahuete y frambuesa está pensado para los amantes de este fruto seco al integrar tanto mantequilla de cacahuete como cacahuetes fritos con miel. Al ser el más dulce de los tres por el factor del chocolate blanco, rasgo acompañado del toque salado, Patricia incorpora un contraste ácido por medio de la frambuesa liofilizada.
Salvando las distancias, Patricia explica que «al final la técnica es como al hacer un bombón con su relleno y su ‘encamisado’ (la cobertura)». Una vez listo en el molde, el proceso finaliza con el glaseado para la decoración: manteca de cacao mezclada con colorante alimentario. Así, cada turrón luce un aspecto exterior que da pistas sobre su relleno: el rojo de la frambuesa, el color cobrizo alusivo a la galleta y el dorado en referencia a los kikos de maíz. Cabe apuntar que en el blanco y rojo espolvorea un poco de remolacha en polvo.
Patricia utiliza en los tres casos chocolate belga (de la marca Callebaut) y sus tres variedades de turrón tienen el mismo precio: 10,90 euros la tableta de alrededor de 260 gramos.
Receta fácil de turrón choco galleta de Patipatú
*Pasta de galleta (o crema de galleta tipo Lotus) 125 gramos
*Chocolate negro (75 gramos)
*Galleta (40 gramos)
*Ralladura de naranja (1/4 de la piel)
*Cardamomo (1/2 cucharada con cuchara pequeña)
*Canela (1 cucharada con cuchara pequeña)
*Jengibre (1 cucharada con cuchara pequeña)
Patipatú propone una versión más sencilla de su turrón de chocolate negro con galletas de canela y jengibre. Primero se funde el chocolate negro y después se mezcla con la pasta de galleta o crema de galleta tipo Lotus. A continuación se suman la canela, el jengibre, la ralladura de naranja y el cardamomo así como los trocitos de galleta triturada para otorgar un matiz crujiente. Si se prefiere, el cardamomo puede sustituirse por clavo o por anís estrellado.
Dejar reposar y finalizar el turrón así daría como resultado un dulce rico pero quizá demasiado blando, de ahí la necesidad de poner entre medio capas de chocolate. Patricia explica que emplear chocolate es más complicado de lo que parece al tener que controlar temperaturas y atemperarlo. Para subsanar esa dificultad, para la versión casera basta con poner primero, con la ayuda de una brocha, un poco de chocolate negro fundido en el molde, dejarlo enfriar (al menos diez minutos), incorporar después la pasta que hemos preparado y dejar que descanse.
«Lo ideal es dejar el turrón a temperatura ambiente y 24 horas, pero si queremos acortar pasos podemos recurrir a la nevera», expone Patricia. Cuando ha solidificado bien, sumamos con la brocha otra capa de chocolate negro fundido para completar la cobertura y esperamos a que se enfríe. Y ya estaría listo para probar un trozo y disfrutar.
Que buena pinta tienen esos turrones, seguro wue están riquísimossss