
Uno de los detalles que más sorprende de Alimentación Montal es que se encuentra en un palacio renacentista. Esta peculiaridad es solo una pequeña parte de todo lo que este negocio ofrece a los zaragozanos. Porque Montal empezó siendo una tienda y ahora es mucho más, por eso merece la pena que te quedes por aquí y conozcas su historia.
Nos la cuenta uno de sus actuales propietarios, Nacho Montal.
Historia de Alimentación Montal en Zaragoza
Este negocio lo fundaron nuestros bisabuelos en 1919 y siempre ha estado en la misma ubicación (Calle de la Torre Nueva, 29). Empezó siendo una tienda de ultramarinos. Después, poco a poco, con el paso de los años, hemos ido creciendo, especializándonos y adaptándonos a los cambios del mercado.
Cuando éramos una tienda de ultramarinos todo iba bien hasta que aparecieron las grandes superficies y los supermercados a partir de los años 80. Esto revolucionó mucho el mundo del comercio y de las tiendas, y lo que hicimos fue especializarnos y dirigirnos hacia productos más delicatesen o gourmet. De esta forma nos diferenciábamos de esas grandes superficies donde la gente compra los productos de diario. Este fue el cambio principal de nuestra empresa, orientarnos hacia el gourmet.
A partir de ahí, fuimos creciendo y adaptándonos teniendo como centro los productos especiales. La gente podía venir aquí a comprar cosas que normalmente no encontraba: caprichos, cenas especiales, regalos, un vino especial…

Poco a poco fuimos introduciendo nuevas líneas de negocio, como los platos preparados en los años 80, que entonces no existía la comida preparada para llevar. Otra línea fue el servicio de catering, que empezamos a ofrecer a finales de los 80. Esto tampoco existía y fuimos pioneros en ofrecerlo.
Y luego el gran cambio que hicimos a finales de los 80 fue la restauración del edificio, que es un palacio renacentista construido entre los siglos XV y XVII. Allí ubicamos un restaurante, el cual abrimos a principios de los 90. Un restaurante muy especial, con productos de temporada, no había carta, había un par de salones y las mesas eran muy pequeñitas, un poco exclusivo. Poco a poco lo fuimos modificando hacia lo que es hoy, que estamos abiertos a todo el mundo.
Otra reforma importante que hicimos fue en 2016 y lo que se cambió fue la tienda. Entonces era tienda exclusivamente, y lo cambiamos a tienda con mesitas de degustación. Tienda con posibilidad de comer, de degustar productos de nuestra tierra, tomar café, un aperitivo o comida.
Cambia el concepto de lo que es tienda exclusivamente a una tienda con mesitas de degustación, además de la gran terraza que tenemos también en la Plaza de San Felipe, una de las más bonitas de la ciudad.

Reinvención y apertura de nuevas líneas de negocio, la clave del éxito de Montal
¿Por qué crees que este comercio ha sobrevivido durante tantos años?
Es un poco lo que comentaba al hablar de la historia. Hemos estado continuamente reinventándonos y adaptándonos. Reorientando el negocio, abriendo nuevas líneas y diversificando. Al principio esto era una tienda de ultramarinos. Ahora es una tienda de ultramarinos, es una terraza, es una bodega, es un restaurante, es un servicio de catering, es un servicio de platos preparados, es un servicio de regalos de empresa para la campaña de Navidad, que es otra de nuestras grandes líneas de negocio. El estar diversificado hace que podamos llevar mejor los momentos de crisis.
Un ejemplo de esto lo tenemos en la pandemia. El restaurante estuvo cerrado a cal y canto, por tanto, cero clientes, cero actividad y nada de ingresos. La tienda, bien de primera necesidad, estaba abierta y dando servicio.
Nos inventamos un menú a domicilio para llevar a las casas que nos lo solicitaban. De esta manera compensas, lo que pierdes por un lado lo intentas ganar por otro. Este ha sido el motivo del éxito: estar diversificados, siempre al tanto, haciendo los cambios necesarios para que no te pasen por la derecha, por la izquierda, y te hagan desaparecer.

«En el negocio familiar te esfuerzas de otra manera»
Lo que tiene Montal es que es un negocio familiar. En el negocio familiar se vive de otra manera, se trabaja de otra manera, se esfuerza uno de otra manera porque al final esto es nuestra casa, es nuestra vida y es nuestro edificio. Hay muchas gente que vive de este negocio, tanto los empleados como la propia familia que también tiene que amortizar este edificio, amortizar las inversiones que hacemos todos los años y las reformas. Al final es el trabajo, el esfuerzo y la dedicación.
Por muy buenos empleados que tengamos, que los tenemos, no van a estar todo el día pensando en cómo salir adelante, en cómo vender más, en cómo inventarse nuevos productos, nuevos servicios, que hay de todo, pero no es lo mismo. Al final es que nosotros vivimos de esto, queremos mantenerlo vivo, que haya un paso de generación en generación y para que pase esto hay que estar muy al día.

Los 100 años de Alimentación Montal
Montal ha aparecido numerosas veces en medios de comunicación y no es para menos, ya que sus productos e instalaciones se diferencian claramente de muchos otros comercios y restaurantes. Por ejemplo, tiene una de las bodegas más amplias de Europa, que no solo alberga las mejores denominaciones de origen, sino que ofrece muchos eventos como cursos, catas, presentaciones y otras actividades.
También ha recibido varios reconocimientos públicos. Uno de ellos es el premio concedido por la Revista Ejecutivos a la trayectoria empresarial, en el año 2015.

Una de las vivencias más curiosas y divertidas de Montal fue la celebración de su centenario en el año 2019. Decidieron vestirse con atuendos típicos de 1919, como muestra la fotografía sobre estas líneas. La foto salió en los medios, también serigrafiada en la furgoneta de la empresa y fue su imagen para el año 2019.
Es un gran orgullo tener en Zaragoza un negocio como Alimentación Montal, que ha sabido reinventarse de forma creativa para superar los momentos más complicados. Y sobre todo ha sabido escuchar a los zaragozanos y hacer inolvidables nuestros momentos más especiales e importantes.