La ilustradora Coco Escribano nos invita a su hogar imaginario en «Play-House», su exposición en el Espacio de Tránsito del Centro de Historias de Zaragoza.
Coco Escribano fue una de esas personas que nunca dejaron de dibujar. Es licenciada en Bellas Artes y actualmente su trabajo se desarrolla en el campo de la ilustración. Esta conquense se distingue por un peculiar estilo de lineas precisas y colores vivos que están a medio camino entre la ilustración infantil y la novela gráfica.
En «Play-House» encontramos un pequeño hogar en el que se alternan día y noche, color y oscuridad, calma y confusión, creación y destrucción.
¿Y si de repente te despertaras en este hogar?
Estás desorientado. Hace tiempo que no veías una noche tan lúgrube. Te asomas por la ventana y solo puedes ver oscuridad y estrellas que brillan en la lejanía. Te sientes insignificante.
Continuas avanzando por el pasillo, multitud de personajes de apariencia inocente te miran fijamente con la mirada vacía… las estatuas parecen girar la cabeza al oirte pasar… Hay periódicos amontonados en el suelo. Intentas leerlos para saber más (¿dónde estás?¿cuánto tiempo llevas ahí?). Están llenos de noticias insulsas carentes de interés (¿desde hace cuánto tiempo intentan mantenernos ocupados pensando en cosas lejanas de la realidad?).
El pasillo está frío, así que decides entrar en la habitación. ¡Es muy acogedora! Hay una mesa cercana a la chimenea en la que decides sentarte para entrar en calor. La mesa parece estar preparada para una visita… ¡oh, fruta fresca! ¡tu favorita!
Acomódate y deja el tiempo pasar en «Play-House»…
«En efecto, la casa es primeramente un objeto de fuerte geometría. Nos sentimos tentados de analizarlo racionalmente. Su realidad primera es visible y tangible. Está hecha de sólidos bien tallados, de armazones bien asociadas. Domina la línea recta. La plomada le ha dejado la marca de su prudencia y de su equilibrio. Un tal objeto geométrico debería resistir a metáforas que acogen el cuerpo humano, el alma humana. Pero la transposición a lo humano se efectúa inmediatamente, en cuanto se toma la casa como un espacio de consuelo e intimidad, como un espacio que debe condensar y defender la intimidad. Entonces se abre, fuera de toda racionalidad, el campo del onirismo»
Gaston Bachelard, La poética del espacio.
Visíta su exposición hasta el 7 de Febrero en el Centro de Historias.