Érase una vez… Dídola, una librería cafetería para niños diferente

Mónica Anchelergues 17 noviembre, 2016

Didola rincón de lectura

En la semana en que se celebra el Día de las Librerías, nos acercamos a Dídola un establecimiento singular y multi-espacio del zaragozano barrio del Actur para charlar con su propietaria Cristina Pemán y conocer a fondo su interesante proyecto.

 

En estos años de crisis el sector de las librerías se ha visto también bastante tocado y son muchas las que han cerrado sus puertas. Pero parece que esta situación ya está cambiando y comienza a despejarse el camino propiciando nuevas aperturas, con la peculiaridad de ser éstos establecimientos más especializados y menos tradicionales.

 

El boom de los libros ilustrados para niños también parece estar favoreciendo estas nuevas aperturas en las que estos álbumes ilustrados tienen mucho o todo el protagonismo. En Zaragoza contamos ya desde hace un tiempo con ejemplos reseñables y que poseen un gran catálogo de obras infantiles, como la libroteca El Gato de Cheshire (también en el Actur), Olé tus Libros (en San José) o El Armadillo Ilustrado (en Las Armas).

Otra de las tendencias de las nuevas librerías es su ubicación, en los barrios, desplazándose del centro. Como las nombradas y como Dídola, situada en el barrio del Actur, en la línea del tranvía, justo en la parada María Montessori, una parada con un nombre muy ligado al mundo infantil y a la educación, un estilo pedagógico con el que, como veremos en este post, tiene muchos nexos de unión con la filosofía de este proyecto.

Cuando llegamos Cristina nos recibe con su bebé en brazos y una taza de té recién preparado en la mesa. Su hijo mediano juega con otros niños y esperan el inicio del taller del día, unas sesiones de educación emocional para peques que comienzan en unos minutos.

Cristina Pemán de DidolaCristina con su pequeño, en Dídola

En las mesas y sillones veo tanto a adultos como a minis que charlan, leen e incluso algunos, hacen los deberes.

¿Desde cuándo estáis en funcionamiento?

Hace un año ya, abrimos en 2015.

Si hay algo que distingue a los pequeños negocios de los establecimientos de las grandes cadenas es que la personalidad de sus creadores se siente en el ambiente de cada rincón. Y esto pasa con Dídola y lo vemos cuando llevamos un rato allí hablando con Cristina.

Dídola abrió sus puertas en la primavera de 2015, y ahora en su segundo otoño, está preparándose para un crecimiento del local. Y ya va por el tercero.

Su creadora, Cristina Pemán, ha trabajado como periodista en distintos medios, y también como profesora de Comunicación. Su último trabajo, muy cerca, en Aragón TV, allí estaba cuando decidió lanzarse y emprender esta aventura.

Cristina, ¿por qué elegiste Dídola?

El nombre de Dídola viene de un cuento de Maurice Sendak (el autor de «Donde viven los monstruos») que se llama «Dídola, pídola, pon«. Me pareció que sonaba muy bien, y Sendak fue un revolucionario de la literatura infantil ilustrada. Además, el argumento del cuento es muy apropiado: la perrita Jenny deja su casa, su sitio junto a la chimenea, su zona de confort que se dice ahora, para salir a vivir aventuras y acaba enrolada en un circo. Más o menos como yo.

¿Por qué este tipo de negocio?

Dídola es la combinación de varias de mis aficiones: la repostería casera y bien hecha, la cultura en general, y en particular los libros. así como el poder contribuir con mi trabajo a fomentar la lectura. Además me da la oportunidad de desarrollar actividades como gestora cultural que también es algo que siempre me ha gustado mucho. Yo no me defino como librera, aunque cuando voy a las ferias sí que me siento como tal y me encanta.

Situado en el barrio del Actur, este local es ya una referencia para los progenitores que buscan sitios amigables para los peques, pero también lo es ya para otro tipo de público de cercanía. Como nos cuenta Cristina, se pretende aunar un ambiente en el que estén cómodos tanto los peques como los mayores, pero enfantiza «no solo los mayores con niños, sino también los que no los tienen. Porque en el mundo hay niños y todos tenemos que aprender a compartir los espacios». Un apunte más que pertinente en una sociedad que en ocasiones se vuelve anti-niños y que tolera muy mal el comportamiento sano y normal de los pequeños.

Es un multi- espacio. Dídola es cafetería, lugar de reunión, pero también librería, casi casi biblioteca y a la vez un lugar en el que participar en variadas actividades culturales.

El diseño del local está muy cuidado, trabajaron con Miguel Frago, de 12caracteres (el autor del cartel del Pilar de este año, el de los adoquines), y crearon un espacio agradable, de tonos alegres y espacios variados. Un sitio donde prima el amigable azul (El azul Dídola es una idea también de Frago), las pinceladas de color que dan las portadas de los libros y las frases literarias.

Por la cercanía con la televisión aragonesa y con la Escuela de Artes, en Dídola podemos encontrar clientes adultos que leen, o trabajan, o simplemente descansan, y que comparten espacio en armonía con los niños que juegan y leen mientras sus padres se toman algo con tranquilidad. Un rico café, un aromático té o unas deliciosas tartas caseras. «Aquí no tenemos chocolatinas industriales, simplemente es otro de los aspectos que nos diferencia».

Dídola además alberga las más variadas actividades. Para peques, para mayores y para ambos a la vez, de temáticas tan variadas como pueden ser los talleres de naturaleza, los de costura, de masaje infantil, de inteligencia emocional, los mejores cuentacuentos, teatro en pequeño formato o maquillaje creativo, como el que hubo este Halloween para aprender a maquillar (bien) a los peques que han de disfrazarse.

Cafeteria Didola

En algún momento seguro que encontramos una actividad que nos encaje para acudir a este espacio, y su oferta es semanal y se renueva constantemente.

La parte de librería está especializada en álbum ilustrado, y cuentan con una selección de los imprescindibles. Aquí no encontraremos libros de la Patrulla Canina o de Peppa Pig, más comerciales, pero sí tenemos los magníficos Monstruo Rosa, Donde viven los monstruos, Arturo y Clementina, Arriba las manos, o A qué sabe la Luna, por nombrar sólo algunos de ellos. Objetos bellos para lectores que van más allá del texto.

Los ejemplares están dispuestos en estanterías frontales para poder leerlos mientras pasamos un rato, y para los peques, hay a su altura y disposición algunos tomos para que puedan degustarlos allí mismo, libros sólo para ellos dispuestos en un carrito y separados de los de las estanterías que son los que sí están a la venta.

«Es bastante costoso a nivel económico ser una librería kid-friendly porque realmente un libro que pase por varias manos de niños enseguida deja ver sus huellas, y pronto llega el momento de retirarlos y reponerlos por unos nuevos, pero nos gusta que los pequeños puedan tocarlos, ya que uno de nuestros objetivos es fomentar la lectura en cualquier edad, así que por eso tenemos unos cuantos en el carrito para que los niños puedan leerlos. Los de las estanterías pueden verlos acompañados de un adulto y ¡con las manos limpias! No olvidemos que en las mesas hay comida y bebida y hay que tener cuidado.» ,apunta Cristina. Y esto va por nosotros, tan importante es enseñar a amar la lectura como a cuidar de los libros.

En Dídola podemos leer, tomar un buen café o un té y nos ofrecen la posibilidad de degustar ricas tartas caseras mientras saboreamos un capuccino (también con versión para niños hecha con batido). En la parte más hostelera, Cristina tiene claro también dónde ha de diferenciarse. “Ponemos mucho cuidado en nuestros cafés e incluso hemos hecho catas para aprender, y
pronto ofreceremos también catas brasileñas para nuestros clientes. No queremos ofrecer cafés sin más, sino fomentar una cultura del café. En los dulces lo mismo, todo lo que tenemos es producto cuidado y del que conocemos bien los ingredientes»

Incluso han tenido originales y apetitosas galletas decoradas con ilustraciones de libros infantiles.

Una oferta muy completa que hace de Dídola un sitio bastante especial.
¿Cómo defines Dídola?

Quizás como una cafetería agradable, un lugar para estar en familia y disfrutar del tiempo libre y la cultura. Un lugar donde se pueden sentir cómodos los niños, sus padres, pero también los adultos que acuden sin gente menuda.

Las actividades y sus temas, ¿las eliges o te las ofrecen?

Ambas cosas, traemos actividades que nos gustaría hacer como “público” pero poco a poca cuando nos han ido conociendo, nos han ofrecido también hacer citas de distintos temas. Si nos gusta lo lanzamos, y a veces salen y otras veces no.
Las actividades, ¿son un complemento o las ves como algo esencial en la filosofía de Dídola?

Empezó siendo una necesidad de atraer gente los fines de semana. Al estar más apartados del centro o de otros lugares más frecuentados por familias los sábados, comenzamos con las actividades, pero ahora ya nos viene mucha gente que nos conoce o que ha oído hablar de nosotros.

Hoy en día aunque parezca mentira, los sitios a los que podemos acudir con los niños y que se salga de lo especifico para ellos no es fácil. ¿Qué otras opciones ofrecéis para los peques?

También tenemos cumpleaños, para diferenciarnos de los sitios de bolas, ofrecemos una alternativa con una fiesta más cultural en el que los niños también lo pasan muy bien pero de una forma alternativa, y los padres pueden estar en la cafetería mientras.

Una de nuestras pretensiones es ser un lugar en el que estar en familia, no queremos ser el típico sitio aparcaniños, sino ir más allá y ofrecer una experiencia más completa en familia.

¿Qué actividades nos vais a ofrecer en el futuro cercano?

Estamos preparando una variada carta de actividades, entre las que destacan unas catas brasileñas, o un cuentacuentos con actividad para trabajar la igualdad de sexos con el cuento de Arturo y Clementina. Haremos taller con ese cuento para los niños, pero también para las madres y padres.

 

didola
Galletas ilustradas, cupcakes y libros. Una buena combinación en Dídola

 ¿Cuáles son las dificultades más reseñables con las que te has encontrado  para emprender hasta ahora?

Emprender es díficil. El inaem te asesora bien en algunos temas de  subvenciones y demás, pero ningún organismo público te ayuda en cuestiones concretas. Yo me hubiera ahorrado mucho dinero con un buen asesoramiento. Hay una barrera muy grande que el estado debería ayudarnos a saltar a quienes tenemos inquietudes pero no recursos. Te encuentras con gastos que ni te hubieras imaginado, como las tasas para publicación en prensa local cuando pides una licencia urbanística y de actividad. Y de todo lo relacionado con ser autónoma y pasar un embarazo de riesgo y una baja maternal mejor ni hablo, que no quiero parecer muy quejica.

 

Como mamá además de empresaria, ¿puedes conciliar más ahora que eres emprendedora? (Cristina tiene tres niños pequeños)
– Yo antes trabajaba por cuenta ajena y tenía reducción de jornada, así que veía más a mis hijos, pero con menos flexibilidad si se ponían malos o surgía algo. Ahora me pongo el horario yo, pero trabajo de lunes a domingo. Al menos he montado una cafetería con juguetes y me los puedo llevar al trabajo. Los dos primeros años de los niños diría que se concilia muy mal si no es un trabajo que se pueda hacer desde casa.

 

Y por útimo, ¿Cómo ves Dídola dentro de cinco años? ¿Hacía dónde quieres llevar tu negocio?
Dentro de cinco años espero no tener deudas y tener algún día de descanso a la semana. También me encantaría abrir otro Dídola por el centro, donde pudiera dar comidas y cenas para público familiar, algo sencillo pero con el mismo concepto childfriendly. Así que probablemente dentro de cinco años tenga nuevas deudas y trabaje aún más horas.
Así que ya sabéis, si aún no conocéis este espacio tenéis que ir a verlo y a disfrutarlo. Con o sin niños, si sois de té o de café, si os
apetece apuntaros al yoga en familia o preferís convertiros en intrépidos naturalistas. Los niños pueden jugar mientas los papás toman chocolate.
Tienen cuentos contados y para que os los llevéis a casa. El tranvía os deja en la puerta y el carril bici está muy cerquita:

 

Dídola. Calle María Montessori número 2.
En su web: didola.es

 

Autor: Mónica Anchelergues

Estudié Publicidad porque mi vocación es la creatividad, la comunicación, lo visual y además adoro escribir. Completé mi formación con estudios de fotografía, de arte, diseño, web y de programación lo que me permitió trabajar en agencias de publicidad madrileñas en los nacientes departamentos online del siglo pasado. Más tarde quise centrarme en el Marketing Online, cursé un Máster, y trabajé como Marketing Manager en la división online de CondéNast. Aunque me apasionaba mi trabajo volví a mi ciudad, y aquí sigo, ahora como freelance, inmersa en varios proyectos, como la web ConpequesenZgz.com de la que soy directora, y otros proyectos creativos: de imagen, publicidad, web, o fotografía...

1 opinión en “Érase una vez… Dídola, una librería cafetería para niños diferente”

  1. Es un espacio estupendo y un desahogo para muchas familias con niños que no sabemos donde quedar para poder tomar un café. Cristina y su familia son estupendos, todo amabilidad y buena predisposición. Ojála puedas abrir mas locales porque vuestra filosofía es excepcional, y así mucha mas gente podrá disfrutar de vuestra iniciativa. Enhorabuena por el poryecto y adelante!!

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