
Viernes 17 de noviembre: La noche de los Tenderos Creativos. Hemos quedado a las 19:45. Me toca la Ruta 1 con Milagros Arrebola, Mónica Giménez y Angela Medrano .
No sabía muy bien cuál era el plan, pero en mi «croqueta» tenía más o menos claro lo que quería hacer: dejar una «huella gráfica» de los comercios que visitáramos. Así que dicho y hecho. Nada más entrar me puse a dibujar.
En Simbiosis, Gabriela nos contó que antes estaban en Zumalacárregui y que ilustradores de todo el país diseñan o ilustran algunas de las prendas que venden. Un tipo de ropa -ya perdonaréis no soy muy entendido- que me resultó muy fresca y singular. Nos contó que era su primer «Tenderos».
El maniquí que tenían me encantó….no puede evitarlo.
De allí nos dirigimos a Zaragoza Aloe, en la calle Santa Teresa. He de reconocer que en el transcurso de la noche, entré a establecimientos en los que nunca había entrado y que probablemente si no hubiese sido por La Noche de los Tenderos, no habría entrado nunca.
Nos hablaron de las bondades del Aloe Vera: penetración en la piel, regenerador celular y anti-inflamatorio cicatrizante… y de la similitud que tiene con los políticos: cada vez se le conocen más propiedades.
Tuvimos también la oportunidad de descubrir y escuchar el Hangdrum, un instrumento de origen suizo tocado magníficamente por Alfredo Porras.
Siguiente parada: Copisteria Bruno Solano. Nos recibió Miguel Angel y su mujer. Nos explicó como se realizaban las encuadernaciones japonesas, confesándonos que lo que peor que se le daba era….. enhebrar la aguja.
Corriendo, corriendo llegamos a 111 Quesos. Repleto de gente, encontré a esa «ovejita» que me miraba diciéndome… aquí me tienes, dibújame si quieres. Olía fantástico. Eran ya las 21:08.
El siguiente establecimiento: Bajo el Sol. Quedé alucinado. Nunca antes había entrado en un comercio similar. ¿Cuando fue la última vez que hiciste algo por primera vez?. Me hipnotizó los verdes y las formas que tenía en sus paredes, así como la máscara que me miraba fijamente. ¿Te tomarás un vinito para inspirarte?, -me dijo el dueño-. No me hizo falta. Curioso y descubridor.
Después de allí, nos fuimos a la tienda Pez Payaso. Casi no podemos entrar…, dentro se escuchaba Freedom y a Janis Joplin. Desde 2003, el Pez Payaso abierto.
La noche estaba siendo frenética. El siguiente destino… Caliope: cosmética Low Cost, en donde también se hacen cursillo de maquillaje. Descubrí que hay pintalabios de vainilla que huelen como el chicle boomer.
Cambiamos de escenario -nunca mejor dicho-. Carlota Benedí. Cuando llegamos estaban en medio de una clase. Mientras esperábamos, el Mito me miraba desafiante….Le dibujé. Mientras lo hacía, Carlota nos contó que empezó muy joven, que impartía clases de claqué…. y que por lo visto, el claqué no es lo mismo que el swing.
No recuerdo que hora sería ya. El siguiente comercio que visitamos fue Elma. ¿Por qué la mariposa?, -le pregunté-. Elena me dijo que pensó en elegir entre un corazón, una estrella y la mariposa. Se decidió por ella porque es un alma libre.
Me llamó la atención las joyas que diseñaba y su lema: Conocerte para gustarte.
Ya de pasada y desde fuera… dibujé algún elemento visto en los escaparates de los comercios Espabilate y Fresa. No me dio la vida para más. Eran pasadas las 11, empezaba a hacer frío y pensé que ya tenía material suficiente con el que reflejar la experiencia.
Recorrimos calles y comercios diversos con un denominador común: gentes entregadas y gustosas de lo que hacían. En todo momento observé cercanía, sentimiento y pasión. Gentes que quieren conocerte para gustarte.
Un placer.