Nací en Zaragoza. Soy licenciada en Filología Inglesa, además de tener un máster en Estudios Textuales en Lengua Inglesa con especialidad en cine británico y de Hollywood y otro máster en Dirección de Cine y Realización de TV.
Soy también diplomada guionista cinematográfica por el HSI (Hollywood, USA), escritora, traductora, periodista freelance, productora, directora y profesora. Durante un par de años estuve residiendo en Madrid y posteriormente, fundamentalmente por asuntos familiares, regresé a Zaragoza.
Nunca he descartado la idea de volverme a marchar si se da la oportunidad. Siempre me he sentido una ciudadana del mundo y no me he puesto etiquetas. Soy un alma libre capaz de adaptarme a cualquier lugar. Y haber estudiado cosas distintas me permite barajar opciones. Cada cierto tiempo me gusta hacer algo nuevo para no aburrirme porque no soporto la monotonía.
Escritora, guionista, productora y directora de cine, ¡tu vida parece de película! ¿Qué tipo de cine te gusta? ¿qué o en quién te inspiras? ¿a quién te gustaría parecerte cuando seas mayor?
Desde pequeña me ha fascinado el mundo del celuloide, pero lo cierto es que nunca pensé en dedicarme profesionalmente a ello. Fue tras escribir mis últimas novelas que decidí intentar llevar mis historias a la pantalla grande. Ver como tus personajes cobran vida es fascinante. Realizar tres cortometrajes y un mediometraje me ha dado la oportunidad de conocer a gente maravillosa y eso es un sentimiento increíble. Aunque todos los géneros me gustan, me quedo especialmente con dos: el musical y el melodrama.
Mi primera película, DMUS, que produje junto a Jorge Aparicio y que cuenta con otro equipo americano residente en Los Ángeles y dirigido por Steve Royall, es mi particular homenaje a esos musicales que en gran parte se han perdido. Es un formato casi televisivo inspirado en la serie de los 80, basada en la película del mismo nombre, Fama. Rodarlo en inglés fue un reto para el equipo español y tras ganar quince premios internacionales en los últimos meses aun cuando casi nadie confiaba en ello, me hace sentirme orgullosa. Lo curioso es que aquí, en España, en su momento, pasó casi desapercibida para los festivales y, sin embargo, en otros países está teniendo un recorrido bastante bueno. Por otro lado, mi melodrama Quizás un Día, que es mi segundo trabajo, tiene nuevamente una parte fundamental de música compuesta por Merrick Wells, quien recientemente ganó el premio Giulio Penzo en el MedFF de Sicilia a la Mejor Banda Sonora. Y aunque mi tercer film Blown Away (Enchufados) es una comedia, la música con el tema principal Yet de Real Experts con el extraordinario cantante británico Neil Francis, sigue estando presente.
Como verás, son tres géneros difíciles que en festivales españoles no se suelen ver, pero ese es mi sello de identidad: hacer un tipo de cine español diferente con un toque americano.
¿Mi inspiración? El cine clásico de Hollywood y los melodramas de los años 50. Las películas de Douglas Sirk, el simbolismo que hay en ellas, es fascinante y siempre han estado en mi mente a nivel creativo. Si te soy sincera, con el paso de los años, no quisiera parecerme a nadie. Quien intenta parecerse a alguien, acaba imitanto y el arte ha de ser creativo y original. Hay cineastas con una marca de identidad clara. Ves una película y sabes que la han hecho ellos. Tener un sello propio que te distinga de los demás es lo que tiene realmente valor.
Varios premios en tu haber, consagran, estimulan… ¿despiertan envidias? ¿para qué sirve ser reconocido con un premio internacional? ¿qué premios tienes en tu estantería?
Con 27 premios por mis tres primeras películas me he dado cuenta de que es más fácil abrir puertas, en mi caso en el extranjero, pero al mismo tiempo aparecen los enemigos; los que vigilan tus movimientos para ver si metes la pata y te cuestionan creyendo estar en posesión de la verdad absoluta intentando, además, convencer a otros. En realidad, los que atacan son los que de verdad quieren ser como tú y el mejor desprecio es ignorarlos. Tarde o temprano el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Recibir cualquier premio, por pequeño que sea, es un triunfo. A título personal, como mejor directora, me han hecho especialmente ilusión varios en los festivales de Los Ángeles como Festigious, Hollywood International Moving Pictures Film Festival, Top Shorts y recientemente en los European Cinematography Awards de Polonia. Para mí lo importante no es asistir a una gala, hacer un photocall o llevarte un trofeo a casa. Yo intento promocionar mis cortos en todo el mundo y si hay una selección, por insignificante o humilde que sea, voy a estar agradecida porque detrás de cualquier película, hay un equipo que se ha esforzado y el reconocimiento es para todos. Un festival que apuesta por tu trabajo, merece todo mi respeto, independientemente de que sea español o extranjero. Lo que sí tengo muy claro es que uno no es mejor artista por hacerse una foto a la entrada de un cine prestigioso, ni por pisar una alfombra roja, ni por salir en los medios con un vestido o un traje elegante. Uno es artista cuando lo que hace le llega a la gente y consigue transmitir, sea delante de diez personas o de quinientas.
Te doy 4 títulos de películas y tu me los asocias con aquella idea o comentario que te “resuene”: Un tranvía llamado deseo, Pulp Fiction, La Vida es bella, American History X y La Novia.
Un Tranvía Llamado Deseo: Erotismo
Pulp Fiction: Diversión
La Vida es Bella: Romanticismo
American History X: Búsqueda de valores
La Novia: Deseo, razón y corazón
¿Qué le falta y qué le sobra al panorama cinematográfico aragonés?
Le falta abrir horizontes y expandirse y le sobra orgullo. Aquí hay una tendencia a no entender que el cine aragonés, lamentablemente, necesita apoyo externo para captar atención mediática. Hoy por hoy, por sí solo, hay una minoría que es capaz de captar atención fuera de Aragón y la gran mayoría es invisible para el resto del panorama. Hay muy buenos realizadores, actores y productores, pero sin nos centramos en que todo debe ser 100 por cien aragonés y cerramos el círculo, en mi modesta opinión, estamos bloqueando puertas y malgastando oportunidades.
Nuevos proyectos, ¿cuáles? ¿compañeros de viaje? ¿con quién te gustaría trabajar (actores, actrices, etc)?
Ahora acabo de rodar mi cuarto cortometraje Cuando la Música Deja de Sonar, cuyos protagonistas son Secun de la Rosa y Roberto Millán. El elenco se completa con Pablo Escamilla, Ana Soro, María José Moreno y Diego Gurpegui.
Roberto había trabajado conmigo en mi anterior trabajo Blown Away (Enchufados) y como muchos saben ganó hace pocos meses el premio a Mejor Actor Secundario en el el festival Festigious de Los Ángeles, siendo el primer actor aragonés que se alza con este galardón. Ha sido un placer volver a coincidir tanto con Secun como con Roberto en este trabajo que pienso va a sorprender a muchos.
Hay muchos actores y actrices con los que me encantaría colaborar, pero no podría nombrar solamente a uno. Sean o no sean conocidos, es un honor para mí que cualquier artista quiera trabajar conmigo.
Eres mujer y este siglo se está revelando como el siglo de lo femenino, liderazgo, estilos, formas, pensamiento, volvemos al útero, volvemos a tomar el timón ¿o es solo un simulacro más? un homenaje a las que estuvieron antes pero bailaron menos como por ejemplo…
Afortunadamente el papel de la mujer en la sociedad va cambiando y está mejorando, pero queda mucho por hacer. En la industria del cine, las realizadoras somos todavía bastante invisibles y falta que nos den una oportunidad. En la mayoría de selecciones oficiales en festivales nacionales veo poquísimos trabajos dirigidos por mujeres. Y los hay. Alice Guy fue la primera directora de cine mudo que comenzó su andadura allá por el año 1896. Lois Weber dirigió en 1914 El Mercader de Venecia y fue la primera mujer en hacerlo. ¿Quién se acuerda de ellas y de tantas otras? Yo no recuerdo haber estudiado ni una página en la universidad. Quizás sería conveniente que aparecieran más a menudo en los temarios, ¿no? Cuando eso suceda, habremos dado un gran paso.