6 meses después de que se pusiera en marcha la maquinaria del MIZ-Lab 8, volvemos a juntarnos con David Ballestar para hacer una evaluación de cómo le han afectado los cambios a su negocio.
El eje que trabajamos desde Recreando Estudio, el de imagen y espacio, permite hacerse eco de los cambios rápidamente, tanto para nosotros como para los clientes habituales y a los no tan habituales. El aspecto más llamativo ha sido de puertas hacia la calle.
Estos meses, David ha observado cómo más personas se detienen a mirar el escaparate, las piezas que tiene expuestas en él e incluso a observar el taller a través del escaparate. También los transeúntes se detienen a leer su letrero, y es que aquí radica la importancia de visibilizarse hacia el exterior, de acercar el interior a la calle y facilitar, sin necesidad de preguntar, que las personas sepan qué ocurre en ese lugar.
Por medio de la colocación de un letrero en la fachada y de crear un espacio de escaparate, las personas que pasan por la calle ya saben qué es lo que sucede en El Arquetipo y qué servicios les puede ofrecer David.
Por otra parte, la implementación de más lugares de almacenaje en el interior, aunque no es algo cuantificable, hace que tanto David como sus alumnos trabajen de manera más cómoda y eficiente.
Por último, el contar con una imagen corporativa ha generado dos impactos. Uno es que las personas puedan identificar de aquí en adelante a El Arquetipo por su imagen, le asocien con su logotipo y, de esta forma, que sea más reconocible.
El otro impacto es que la imagen de marca va a tener una identidad única, una línea gráfica que da consistencia al proyecto. El uso de los mismos colores, las tipografías, el logotipo… hace que la cartelería sea más atractiva y que el rótulo, las tarjetas de visita, los carteles y las redes sean identificables. Y esto, de cara al marketing y la visibilidad, es imprescindible.