Desde Made in Zaragoza apoyamos por completo la iniciativa 11F, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.
El pasado viernes día 4 de febrero, un grupo de unas veinte personas recorrimos las calles de las Fuentes, conociendo sus establecimientos y las historias de las mujeres científicas. Las tiendas de las Fuentes se esmeraron en crear escaparates especiales para la ocasión, homenajeando a estas mujeres científicas dentro de la campaña #Escaparates11F’, así, de la misma manera que conocemos y visibilizamos las historias de nuestras mujeres, recorremos nuestra ciudad y comercios.
La ruta comenzó con la científica Lucía Ortiz de Zárate en Olé tus libros (Miguel Servet, 11). Lucía es una científica actual, Investigadora en Ética y Gobernanza de la IA, Universidad Autónoma de Madrid, estudio físicas y se especializó en Astrofísica, para aprender nuevas cosas sobre las estrellas, las galaxias y el universo. Pero había algo que la física solo no podía explicar, y era porque el ser humano se preocupa tanto de saber de dónde viene, y por eso motivo, se puso a estudiar Filosofía para poder unir las dos disciplinas, se especializó en Filosofía de la Ciencia y la Tecnología y ahora se dedica a investigar cuáles son las implicaciones sociales, políticas, éticas y filosóficas de la ciencia y la tecnología, especialmente de la Inteligencia Artificial. Sin duda, una científica muy interesante a la que habrá que seguirle la pista.
El segundo establecimiento fue Tattoo A2 (Miguel Servet, 21) donde nos contaron la increíble historia de la Cosmonauta soviética, Valentina Tereshkova que ha pasado a la historia por ser la primera mujer que viajó al espacio exterior. Hija de un tractorista y de una trabajadora de la industria textil, desde muy temprana edad practicó el deporte de salto en paracaídas, e incluso obtuvo el título de instructora en esta especialidad. Trabajadora en una fábrica textil, Tereshkova completaba sus estudios en una escuela nocturna. Atraída por la investigación espacial, no dudó en presentarse voluntaria como futura astronauta, y aunque carecía de la formación adecuada, la agencia del espacio soviética decidió prepararla, ya que necesitaban mujeres que fueran paracaidistas.
Y así fue, el 16 de junio de 1963, a bordo de la nave Vostok 6, Tereshkova dió 48 vueltas alrededor de la Tierra durante tres días. Tras esta hazaña, Valentina continuó colaborando en el programa espacial soviético y se convirtió en una personalidad destacada en Rusia. Algo nada fácil en una cápsula minúscula: apenas comió y sufrió calambres en las piernas. Al volver a la Tierra, un golpe de viento estuvo a punto de hacer que acabara con su paracaídas en el mar. Se había convertido en una heroína. Niñas en todo el mundo empezaron a soñar con ser astronautas.
Mientras, ahora que ya tenían el récord de la primera mujer en el espacio, el interés de los gobernantes porque hubiera más mujeres cosmonautas se esfumó. Tuvieron que pasar nada más que 19 años para que una compatriota suya, Svetlana Savítskaya, fuera la segunda mujer en el espacio. Valentina acabó sus estudios como ingeniera aeroespacial y siguió trabajando en Star City. Valentina también trabajó para el gobierno, sobretodo como representante internacional. Fue miembro del Consejo para la Paz Mundial y participó en conferencias de la ONU. En Rusia se le sigue considerando una heroína. A sus 80 años, aún sueña con volver al espacio e ir a Marte, de donde sabe, que no regresaría.
La tercera tienda que visitamos fue Zararte (Silvestre Perez, 33) donde la propia científica, Teresa Sánchez Rua nos habló de su pasión por las matemáticas desde pequeña y de la importancia de su trabajo en el área de las matemáticas aplicadas, estadísticas e investigación. Y que las matemáticas son aplicables a un montón de áreas de la investigación, cerámica, materiales, aluminio, o lo que está investigando en estos momentos, temas como las células cancerígenas y tumores.
Desde 2011 es profesora en el Centro Universitario de la Defensa e investiga en la modelización matemática de procesos biológicos, centrándose en el estudio de la migración celular. El objetivo es determinar los mecanismos involucrados en este proceso y las diferencias en ellos entre células sanas y células cancerígenas.
Muy interesante ver como no solo podemos fijarnos en referentes de la antigüedad, sino que en el día a día, nuestras vecinas o compañeras pueden ser científicas que estén estudiando algo en ese momento que pueda mejorar nuestra vida.
El siguiente establecimiento que visitamos fue el Centro Luna Clara (Doctor Iranzo, 90) hablaron de Andresa Casamayor y de la Coma nuestra Ada Lovelace española y más concretamente de Zaragoza.
Una matemática del SXVIII de Zaragoza de la única que quedan libros escritos por ella, y realizó un libro de “divulgación científica” en esa época a las matemáticas y a las ciencias en general solo llegaban las clases alta , y ella quiso que las matemáticas fueran accesibles a más personas. Una historia realmente extraordinaria contada en el largometraje sobre ella “ La mujer que soñaba con números”. Las luces de la Ilustración comenzaban a iluminar tímidamente la vieja España cuando apareció en Zaragoza un libro firmado por Casandro Mamés de la Marca y Araioa.
Muy pocos conocían al misterioso autor; apenas un humilde sabio matemático y un catedrático de las Escuelas Pías estaban al tanto del secreto que ocultaba tal firma. El libro Tyrocinio Arithmético daba un valiente paso adelante en el camino de la democratización del conocimiento. Pero lo más maravilloso de todo es que supone uno de los primeros pasos en el camino de la revolución por la igualdad de la mujer. Casandro era, en realidad, María Andrea. Su libro es el primer tratado científico impreso escrito por una mujer.
El siguiente espacio que visitamos fue JAP Papelería (Calle Salvador Minguijón, 39) donde nos hablaron de Maria Shybila Merian Naturalista , entomóloga y exploradora .
Es sorprendente su historia y muy interesante. Antes de que María Merian, artista y entomóloga, se dedicara a registrar, pintar, observar, y estudiar a los insectos, muchos aún creían que los gusanos nacían de la carne en mal estado o que las mariposas las generaba espontáneamente el barro. No sólo su aporte fue invaluable para la ciencia en un mundo, el de los insectos, que hasta entonces nadie tomaba muy en cuenta, sino que fue una pionera en viajar y hacer una expedición, sólo por motivos científicos. María nació en Frankfurt, y cuando su padre murió, su madre se casó con el pintor Jacob Merrell, quien la animó con el dibujo y la pintura.
Desde la adolescencia, que María comenzó a interesarse, además, por algo que a las otras mujeres del siglo XVII les daba asco: los Insectos y comenzó a dibujarlos y explicó cómo estos eran parte de un proceso mayor de la naturaleza; cómo todo pequeño ser viviente era parte de una cadena. En 1679, publicó su primer libro de pinturas científicas, “La maravillosa transformación de las orugas”.
En 1699, a los 52 años, Merian se embarcó en un viaje sin precedentes; pagado por sus pinturas e invitada por la colonia holandesa, partió con su hija más joven a Surinam. Estuvo dos años ahí, pintando plantas, bichos, mariposas y más, estudiando y coleccionando, armando un registro fundamental sobre entomología y botánica. En sus dibujos, las plantas tienen pequeñas mordidas, no todo es perfecto, demostrando cómo se enlaza la vida en esa pequeña escala. A su vuelta, en 1705, publicó el fruto de esa aventura, emprendida en el nombre de la ciencia: Metamorphosis insectorum Surinamensium, el que fue un éxito y, hasta hoy, sigue siendo considerado un aporte en el campo.
El libro se vendió y se expuso en todo Europa. Cuando María murió, el resto de sus pinturas fueron compradas por el Zar de Rusia; hasta hoy muchas siguen en San Petersburgo. Y sus dibujos, hechos hace cientos de años, siguen siendo hermosos; la genialidad no envejece.
En el siguiente establecimiento, Original by Sonia (Leopoldo Romeo 11) nos hablaron de Josefina Castellvi.
Josefina (Pepita) Castellví fue la primera científica española en la Antártida. Necesito mucha cabezonería para superar los varios: «hijita, esto no es para mujeres» y acabar siendo la jefa durante 10 años de la 1a base española en la Antártida. Pepita nació en 1935, en Barcelona. Su padre, médico, siempre insistió en que ella y su hermana estudiaran una carrera para poder ser autosuficientes, algo bastante revolucionario para la época. Se decide por biología, en parte por su amor al mar, y en 1957 acaba la carrera.
Consiguió una beca del gobierno francés para irse a La Sorbona (París) a especializarse en bacteriología marina. En 1960 se vuelve a Barcelona y se vuelve a encontrar con un: “Hijita, se equivoca usted, ¡esto no es para mujeres!”: El responsable del Instituto de Investigaciones Pesqueras (hoy de Ciencias del Mar) responde así a la propuesta de Pepita de trabajar allí. Ella le «vende» que solo quiere acabar la tesis, no dedicarse a investigar. Nunca la dejan ir con los hombres a por muestras. Un día Pepita se lo rogó al director: “déjeme solo una vez, no lo volveré a pedir nunca más”.
Finalmente se salió con la suya y gracias a su astucia se subió al barco. Por aquellos años el oceanógrafo y químico Toni Ballester revolucionaría la investigación en el Instituto con nuevos métodos. El sí creería en Pepita y la incluyó en su equipo de expediciones científicas, primero por África… luego por la Antártida, por la que sentía pasión. La primera expedición de Pepita a la Antártida es en 1984, con una expedición argentina, y la segunda en 1986, con una polaca. Después trabajó en la Base Antártica Española Juan Carlos I en la isla Livingston, todo un hito para una mujer en aquella época. Desde 1989 es también la responsable del Programa Nacional de Investigación Antártica.
En 1994 Pepita decide dejar la Antártida para dejar paso a las nuevas generaciones. Regresa a Barcelona para dirigir el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC. En 1996 publica el libro «Yo he vivido en la Antártida», como parte de sus esfuerzos divulgativos. Actualmente se dedica a temas de divulgación.
Y por último, conocimos la historia curiosa de Sonia y Carmen Gutiérrez en Modas Aurora Sanchez (Leopoldo Romeo, 16), unas vecinas del barrio de las Fuentes, que se dedican a una cosa muy curiosa, que podríamos entender bajo el concepto de “ciencia ciudadana”.
Estas dos hermanas gemelas se hicieron famosas en Twitter porque cuando empezó la pandemia en España de coronavirus comenzaron a contar los datos y a hacer tablas sobre ellos. Contaban positivos, ingresados, test, siempre queriendo saber más y aprender.
En la segunda ola, que prácticamente fue exclusiva de Aragón, empezaron a poner los datos en limpio y a publicarlos en Redes Sociales, al principio era una tabla muy básica, pero luego, como los seguidores de twitter iban aumentando, empezaron a poner los datos por zonas sanitarias básicas, a hacer gráficos de media móvil semanal, hospitalización y positividad, y poco a poco, poder saber, aunque este virus es impredecible, por dónde podría ir la tendencia.
Se hicieron famosas en Twitter y ganaron muchos seguidores, en estos momentos tienen más de 2000. Y según sus palabras “ son una comunidad maravillosa en la que no dejamos de formarnos, de científicos expertos, a los que siempre preguntamos todas las dudas y en los que hemos encontrado unos profesores estupendos. Es lo mejor de esta pandemia, es la parte buena que queremos destacar. La ciencia, vista desde “personas normales” de la que hemos aprendido tanto”.
Desde Made in Zaragoza, queremos dar las gracias a todos los establecimientos implicados en esta campaña, decorando sus escaparates con todo su buen hacer, gusto y cooperación y a todas las científicas que hacen posible día a día que su trabajo se visibilice.