Le Corbusier dijo “Prefiero dibujar a hablar. Dibujar es más rápido, y deja menos espacio para la mentira”. El genio tenía razón. No existe mejor manera de definir el eco-arte del dibujo.
Así que esta vez, con la Harinezumi en casa y haciendo como que dibujo, vuelvo a la calle.
A la calle las Armas claro. Ha pasado tiempo, pero allí siguen avanzando.
Y cuanto más tiempo pasa, más fácil resulta encontrar cosas bonitas de las que hablar. No porque abunden, sino porque entre la basura y el pesimismo que vivimos, sobresale lo bonito, los verdaderos artistas, lo que brilla.
Y para brillantes ellos: Steve Gibson y Mapache Salado
¿Y bien? ¿Quien no ha descubierto todavía Las Armas 300?
Aparentemente el local en el número 68 es una nueva galería de exposición donde los dibujos que se aprecian pueden parecer sencillos, pero nada más lejos de la realidad. En este espacio pasan cosas a diario y cuando conoces su historia, te sobrecoge y sonríes.
Partiendo de una fotografía (que PULSANDO UN BOTÓN puede hacerse cualquiera en la misma puerta) el grafito de Steve, recrea a TAMAÑO NATURAL instantes y personas.
De fácil nada. Verlo trabajar y mirarlos de cerca impresiona y mucho, de verdad.
La selección de fotos es aleatoria pero este increíble proyecto y su mecanismo automático es una señal de que nada es casual, sino causal.
Las manos de Gibson (de Liverpool) que un día decide instalarse en Zaragoza y años más tarde, en ese lugar de artistas, retrata gente que pasa por allí ¿casualidad?
¡Esa gente nació para ser retratada! ¡A tamaño natural y en grafito!!
Rasgos físicos, gesto, vestimenta, todo transmite y emociona, sin palabras ni mentiras.
Lo que nadie sabe es que este escultor es un genio cercano, que se presta a contar a un grupo de desconocidos el porqué de sus obras, y a fotografiarse, pero sin tontería ni exigencias. Perfectamente cool , sobrado de talento sin adornos. Simplemente Steve de apellido Gibson
Y para poder hablar del que ya es un amigo y un miembro más de la familia Pisamoreno, una cita de Einstein: “Si no puedo dibujarlo es que no lo entiendo”.
Gran Mapache Salado o ALMQ, ¿hay algo que no puedas dibujar?
El mundo no tiene secretos para tí porque eres capaz de dibujarlo TODO.
Perfección, imperfección, bonito o feo, son conceptos que no afectan a sus obras porque resbalan ante la evidencia, sencillamente espectaculares.
Y si alguien osa ponerle nombre a lo que hace este gran ilustrador granadino, que empiecen por la palabra silencio, porque mirarlos de cerca o de lejos, te deja mudo.
Su fórmula: bolígrafo y papel, tinta y paciencia, y dibujo, mucho y muy buen dibujo.
Blowing in the cierzo lo descubrió y Mù restauración tuvo durante este pasado mes de abril una exposición de increíbles originales suyos, y allí lo conocí, personalmente no pero no hizo falta, sus musas lo definieron: magnífico, deslumbrante, honesto y conmovedor.
Amigo de sus amigos y de muchos otros creadores, con un futuro increíble sin duda (¡¡solo tiene 19 años!!) y cuyas reproducciones aún están en Mù, por cierto.
No quedaría mucho por decir si no fuera porque el matrimonio Eames ya lo dijo antes con la frase “Toma tu placer en serio” y ese será mi lema.
A partir de ahora, los ecoviernes deberán estar a la altura del caballero Álvaro Lope Morales de Quevedo, artista y persona, porque no podré escribir a no ser que haya algo tan reseñable como su arte, que te hace disfrutar como nada, y que no agrede al prefijo eco, al contrario, pasa a formar parte de los recursos y el medio natural, como el aire o el agua.
ALMQ es una necesidad básica que cambia el mundo con su inquietante belleza.
Gracias por todo Álvaro. Gracias por esa paz.



