Susana Vacas.
Creadora visual e historiadora de las artes. Amante de lo mínimo y de los altos vuelos. Su obra parte de lo objetual y juega con lo invisible. Parte de lo cotidiano y acaba convirtiéndose en «sagrado». Se expone pero también se esconde. Se aferra al dibujo como herramienta plástica pero también de pensamiento. Sus propuestas, a veces mínimas de tamaño, podrían ser también un juego metafórico de cómo a través de dimensiones insignificantes, se puede llegar a discursos de enorme calado. Granitos de arena, pequeños pasos cotidianos y constantes, unidos en torno a una nueva conciencia. Son obras que pueden ser primarias pero a la par complejas, siempre ambiguas.
Así se define Susana Vacas. Pero ella es esto y mucho más. Ella es artista, es creadora de imágenes, y de sueños, es inquieta, es frágil, es mínima y máxima a la vez, es imagen de sí misma, es múltiple y es única.
Susana desarrolla su trabajo plástico en la figuración, una figuración humana que ha ido desmaterializando con el paso del tiempo hasta llegar a lo que hoy puede ser lo más reconocible: sus siluetas.
Susana comenzó trabajando la figura humana de una forma pictórica más opaca y con el paso del tiempo las fue desmaterializando hasta convertirlas en seres casi etéreos de los que apenas se ve su silueta dibujada en múltiples soportes también frágiles y etéreos: papel cebolla, acetato e incluso cristal. El cristal será uno de los soportes a los que Susana Vacas va a dedicar mayor atención y una superficie nueva por explorar para sus seres frágiles y delicados.
Los cristales son elementos que separan dos ámbitos: el interior y el exterior, el privado y el público. Susana Vacas juega al visto y no visto en estos lugares de tránsito transparentes, zonas de paso, superficies frágiles donde sus personajes juegan con el reflejo y la sombra. Susana consigue atrapar en estas superficies las presencias y reflejos de sus seres ideales.
Susana dibuja presencias e interviene en todos aquellos cristales que tiene a su alcance, desde comercios a edificios institucionales. De hecho incluso se han catalogado sus intervenciones en cristales públicos, un viaje al etéreo mundo de la artista.
A raíz de sus intervenciones en cristales, la artista ha desarrollado una serie de acciones de movimiento y música relacionadas con sus obras en las que artistas del movimiento y la danza se relacionan con ellas y establecen una nueva forma de percepción con sus seres frágiles dibujados.
Pero Susana ha trabajado también otras disciplinas desde lo mínimo, son muy reconocibles sus piezas escultóricas como aquellas piezas con las que intervino la pequeña vitrina del desparecido SoHo de Zaragoza o la serie de «sillas corazón» que desarrolló de forma minuciosa, casi como el trabajo de un orfebre. Un arte delicado, mínimo y etéreo.
Ahora Susana Vacas llega a Córner MIZ en Zaragoza Activa (La Azucarera) para intervenir este espacio de tránsito creando su «Bosque de figuras gamelán». Susana va a recrear un bosque con árboles que ella representa como figuras humanas, nosotros, los seres, o más bien nuestros reflejos, las sombras que los vivimos y atravesamos. Un bosque de siluetas, reflejos y sombras que será presentado el próximo día 15 de febrero con una acción en vivo compuesta para la ocasión por sus habituales músicos y bailarines, Javier Gavín y Huguette Sidoine. Unos minutos para sentirnos más a nosotros y a nuestros recuerdos propios y ajenos.
Parabéns! Ótimas dicas! Com técnicas válidas e recomendadas.
Precioso !
Susana es una gran artista….sus intervenciones en los cristales son únicas.
Qué placer ver esas figuritas de plomo al pasar a la biblioteca del Cubit!