Esta marca ética, sostenible y única nace como sueño personal de la patronista y modista Alba Royo.
Sus diseños son prendas con mucha personalidad y cortes muy especiales. Confecciona y crea cada pieza desde cero, a la vez que se encarga de todo el proceso (Desde la recepción del encargo, hasta la preparación del paquete para su envío). Todo esto, sin olvidarse nunca de su “aroma” sostenible y ético, a la vez que fortalece y da a conocer la Slow Fashion.
Y no contenta con esto, ha decido llevar sus valores y su imparable creatividad hasta el Caribe. Nada más y nada menos que hasta la isla de Martinica, una región francesa localizada en medio del Caribe.
Así que, he visitado su taller en el corazón de Delicias en la C/ Borja, para conocer todos los entresijos de Shiwa.
¿Siempre has tenido claro que querías dedicarte al diseño y la moda?
Ni mi madre, ni mis abuelas han cosido una puntada en la vida. Nunca he visto coser a nadie en mi casa, jamás. No tengo ni idea de donde me viene… A ver, desde siempre he tenido mucho gusto e interés artístico.
Mi abuelo tenía un bar y siempre me ha encantado estar todo el día allí dibujando. También recuerdo que cuando en la tele ponían un ratito de un desfile de moda, a mí me hacía una ilusión tremenda…. Siempre lo he tenido ahí, pero hasta que no tomé la decisión de estudiar moda no lo exploté del todo.
Por otra parte, también creo que, a todas las personas con un interés creativo, nos pasa que no sabemos quedarnos en una sola cosa. Pasé del baile a la moda. Empecé con el baile muy de cría. Me enamoré y le metí mucha caña a la vez que estudiaba moda.
Así que durante las primeras colecciones de Shiwa, compaginaba la moda con la danza.
¿En qué te has formado para tener los conocimientos necesarios para encargarte de todo el proceso?
Este es el punto. Cuando acabé el bachillerato artístico, no existía la carrera de diseño de moda pública…. Y era impensable pagar la carrera en la privada. Así que empecé un curso de costura en un taller que está aquí detrás en la C/Barcelona. Censi es una escuela aragonesa de moda y diseño y Ascen (La profesora) es una persona que llevaba toda la vida patronando y cosiendo.
Yo casi me considero más una aprendiz de esa señora que diseñadora, porque era un sistema en el que aprendí muchísimo ¡Menos mal que tomé ese camino!
Gracias a eso sé coser, patronar y diseñar… Estoy muy agradecida a que no pudiera apuntarme al grado superior (Patronaje y confección) porque tenía que trabajar… Me ayuda muchísimo tener conocimientos de patronaje para hacer pruebas originales en mis diseños. Al final ves cosas en papel y dices ¡Ostras! Si esto lo cambio así y lo pongo de esta manera me sale un pliegue que en la tela quedará muy bonito.
No me importa pegarme aquí 10 horas (En el taller) si al final me voy a casa con un patrón que me encanta.
En la Escuela de Arte también aprendí otras cosas manuales, como estampación textil, joyería… cosas que me permiten crear cosas mucho más chulas.
A raíz de esto, salen colaboraciones con gente del mundo artístico, a las cuales, yo siempre estoy súper a favor, es de lo más nutritivo de este curro… Como, por ejemplo, el taller que hicimos hace poco de estampación textil con Espacio Moos. Julia y yo estudiamos juntas y teníamos muchas ganas de hacer algo diferente.
Cuéntanos el inicio de Shiwa ¿Cuándo creas tu propia marca de moda sostenible?
Empecé en 2016. Terminas de estudiar, tienes claro cuál es tu pasión y cuando vives en una ciudad en la que no hay opciones… Dices; “Vale ¿Qué hago? ¿Me voy de mi ciudad? ¿Trabajo en un taller de confección industrial?”. No me motivaba, ya que es la parte creativa la que más me llama.
Justo cuando terminé de estudiar e hice mi primer desfile. Conocí a los chicos de la tienda de zapatillas «Canalla» que estaban en la Magdalena, les pedí una colaboración para que me prestaran alguna zapatilla. Aceptaron y cuando vieron mis diseños, me propusieron ser mi primer punto de venta y fue como ¿¡Qué!? ¿!Perdona¡? Fue muy guay ver por primera vez mis prendas colgadas en una tienda, es una sensación…
A partir de ahí la evolución de Shiwa fue surgiendo de una forma muy natural y poco a poco fui añadiendo más puntos de venta, como Serendipia. Me centré en crear una marca slow, con materiales naturales e introduje a mis clientas en el mundo del consumo responsable.
Estuve 3 años compaginando el curro que tenía con Shiwa. 3 años ahorrando para lanzarme y dedicarme 100% a mi marca y aun así con el corazón en un puño.
¿Cómo es el proceso de confección y diseño?
Tengo aún alguna cosilla en puntos físicos, pero ahora todo lo hago de forma online y bajo pedido. A parte de la evolución de la marca, el proceso de confección ha cambiado un montón.
Antes compraba el tejido, cosía y esperaba a que se vendiera. Ahora lo hago todo bajo demanda porque es más sostenible para el medio ambiente, para el tipo de marca que tengo y para lo que puedo abarcar.
Esto también me permite personalizar las prendas y hacerlas a medida. Lo bueno de que no esté hecho es que se pueden cambiar.
¿Cómo son las fases de crear una nueva colección o prenda? ¿Cuándo tiempo tardas en realizar los pedidos?
Depende de la prenda, pero cuando recibo un pedido les digo que en 2 semanas estará listo, aunque normalmente suele estar un poco antes.
Primero viene la inspiración o el tejido. Muchas veces las ideas vienen de mis propias necesidades o cosas que me gustarían tener en mi armario. Hago pruebas, busco cosas que me llamen la atención y me den ideas nuevas… O incluso hay veces que voy a buscar tejidos y se me ocurre el diseño nada más tocarlos… Materiales, tendencias…
También Shiwa está inspirado en la cultura y tradición japonesa e intento plasmar esto en cada nueva colección. No solo me gusta a nivel estético sino por los procesos. Tienen mucho respeto por la naturaleza, la parte tradicional, una cultura llena de rituales ancestrales…. Todo lo que hacen tiene un trasfondo, la forma que tienen de ver la vida y el sacrifico desde el disfrute… Me hace sentirme muy identificada con el perfeccionismo en cada detalle.
Después viene el patronaje y prototipos, alguna vez sale a la primera ¡Pero no suele pasar esto mucho! (Se ríe) y haces miles de prototipos hasta que sale el diseño definitivo. Ahí empieza la preparación de sesión de fotos, contactar con modelos o con amigas que están dentro del mundo de la danza.
Y luego viene la parte de marketing y web; Como lo vas a presentar, pensar en las publicaciones, el mensaje y qué vas a contar.
Y por fin llega el lanzamiento que aún a día de hoy me sigo poniendo un poquito nerviosa.
¿Qué tipo de colecciones tienes?
Decidí hacerlo así porque todo el proceso se me hace mucho más ameno: Una semana patronando, una semana diseñando, una semana cosiendo… o ir alternando cada día de la semana una cosa distinta.
Tengo colecciones de edición limitada, hechas con restos de stock de las grandes compañías. Compras material a firmas grandes que lo van a desechar. Mucho más respetuoso porque das una segunda vida al tejido y no te están creando un tejido para ti. Las fabricas textiles tienen una demora de locos… Y así también es mucho más exclusivo.
Aidentiti, es mi colección de básicos sostenibles. Es el núcleo de todo. Es algo que siempre he querido hacer, una línea básica y muy ponible con materiales naturales, diseños minimalistas de inspiración oriental y prendas atemporales. Una colección que a la que le tengo especial cariño.
Moda y proyectos sociales ¿Cómo surge esta combinación?
Lleva tiempo buscando una forma de ayudar y apoyar proyectos sociales y no sabía cómo… Hasta que un día me llamaron de la asociación Mundus y me invita a participar en un taller sobre emprendimiento femenino junto con otros partners europeos. Me comentó que había salido la oportunidad mediante proyectos europeos de erasmus plus y Next Generation UE, los cuales tienen diferentes fines.
Así que me fui a hablar de mi emprendimiento y mi marca. Al final, se acercó una chica que trabajaba como mentora con mujeres en riesgo de exclusión y me propuso irme, en su lugar, 10 días a Martinica para uno de estos proyectos europeos.
De repente, todas las cosas que van acorde conmigo y con mis valores… Juntas y servidas en bandeja ¡Y fue increíble! Me fui 10 días a participar en el proyecto Shestarts.
También, hasta diciembre iba a Escatrón y a Sástago 3 días a la semana para dar clases de costura a madres en situación de vulnerabilidad.
¿En qué consisten estos proyectos en Martinica?
Estaba enfocado a mujeres emprendedoras, pero que están en riesgo de exclusión social y en situación de vulnerabilidad. Sobre todo, mujeres que venían de la prostitución y que eran inmigrantes (Republica Dominicana, Venezuela, Haití..). Buscan entrar en la Unión Europea, pero estando “cerca” de casa.
Hicimos un kit de “herramientas” y lo pusimos en práctica el último día… Más que herramientas de emprendimiento, eran herramientas de empoderamiento… Por ejemplo, la meta de aprender francés para encontrar trabajo… Esto cambia mucho sus vidas y no tiene nada que ver con la situación de privilegio que tenemos aquí.
Cuando los 10 días pasaron, yo me quedé con la sensación de ¿Ya está? Así que el último día tuve una reunión con ellas y les dije que no me quería desvincular y que quería seguir ayudando, aunque fuera en la distancia.
Lo que yo no me esperaba que el 2 de enero como regalo de reyes, recibiría la noticia de que podía volver a Martinica a seguir ayudando… Así que como no tenía muchas metas a largo plazo decidí explicar la situación a mi comunidad, tomármelo como una gran oportunidad y lanzarme a la aventura durante 3 meses más (De febrero hasta mediados de mayo del 2023).
¿Podemos desvelar algo sobre el futuro de Shiwa?
Pues lo cierto es que vuelvo a Martinica otra vez y no regreso a España hasta casi el verano. Shiwa tendrá una parte fuera de España.
La moda no tiene nada que ver allí, al final viven en medio del Caribe y se visten con un montón de colores, otro estilo… y a nivel creativo y musical me encanta… Me sentía como en casa y eso no pasa mucho. Allí me sentía como una más, super integrada.
Tengo muchas ganas de volver, en esta ocasión crearemos una pequeña colección para que las mujeres del taller la puedan elaborar y vender. Así, intentar que la marca del proyecto sea más “resistente” económicamente y perdure más en el tiempo. Se me ocurrió usar las redes de pesca como elemento principal de esta colección y así obtener el factor sostenible. Es muy común en Martinica y dichas redes muchas veces terminan como residuos. Así que me voy a echar una mano con la asociación, el atelier y esta nueva colección.
Por todo esto y gracias a las clases que imparto en los pueblos, quiero que el futuro de Shiwa esté relacionado con el mundo social.
Me encantaría continuar con las colaboraciones artísticas. Poder estar involucrada en proyectos que me hacen sacar mi parte más reivindicativa y que me encanta. Y seguir haciendo colecciones desde un punto más calmado, compaginándolas con encargos personalizados.
No se tú, pero yo tengo muchas ganas de ver lo que le depara a Alba y a Shiwa en el futuro y en su nueva aventura en Martinica (Seguro que muchas, muchas colecciones más). Le puedes seguir la pista de cerca en su cuenta de Instagram
Aún estás a tiempo de pasarte por el taller para hacer tu encargo a medida ¡No te lo pienses mucho! Sino deberás esperar hasta verano y ambos sabemos que no puedes esperar.