Violeta Bourrut-Laocuture es la fundadora de este estudio de cerámica creativo ubicado en el barrio de la Magdalena.
Hoy nos perdemos por los locales de una de las artistas pertenecientes a la red MadeInZGZ. En concreto por el estudio y tienda de cerámica de La Nectarina, un proyecto de la zaragozana Violeta Bourrut-Lacouture Villar, ceramista de 34 años con las ideas muy claras. Su local, ubicado en el 21 de la calle Sepulcro de la Magdalena rezuma arte y calma a partes iguales. A nuestro alrededor todo son esculturas y piezas de cerámica de lo más variadas, tanto suyas como de sus alumnas: una parte fundamental, afirma, de su día a día.
En busca del equilibrio
Son Eva, Teresa, Lau, Ana, Sandra, Sara. En este espacio cada una tiene su caja -de color rosa o gris- en una estantería la cual contiene su delantal y otro tipo de herramientas necesarias para aprender a mancharse las manos, pero con alma. 18 alumnas -y una larga lista de espera- a las que dedica toda su energía. “Son pocas, pero quise apostar por el equilibrio entre la formación y seguir investigando”, explica.
Y es que, aunque no fue su primera opción cuando emprendió la vía formativa, para Violeta la cerámica es una manera de expresarse desde lo más profundo de su ser, un ejercicio visceral. “Lo que me gustaba era pintar, pero la cerámica me abrió un mundo infinito en el que he metido un pie y siento que me queda un universo por descubrir”, reconoce, emocionada.
La Nectarina, como forma de vida
La zaragozana asegura que le encanta trabajar con las manos porque le permite comunicarse de una manera genuina, “como si el lenguaje se transformase a través de ellas de una manera instintiva que me hace sentir mucho más cómoda”, admite. Porque para la artesana la cerámica es una manera de autoconocimiento y exploración. “Una manera de revisarte a ti misma que me hace sentir creadora de algo”, afirma.
Además, no olvida que se trata de una disciplina de las más antiguas que existen, cuyas técnicas -como los churros o la decoración con texturas- no han cambiado desde el neolítico. “En un momento en el que todo es digital conectar con lo más físico y terrenal es algo que necesitamos más que nunca”, afirma.
Formada en diseño gráfico, escultura y cerámica, la artista ha recorrido varios países -Escocia, Italia…- para encontrar su propio estilo. “Hace cinco años me compré un horno, lo tenía a las afueras de la ciudad. Y dije, ahora qué”, rememora. Fue tras su paseo por Faenza, considerada cuna de esta disciplina en Italia, donde descubrió el concepto de unir un espacio de taller, con estudio y tienda.
La tetaceta
Así, hace un año se lanzó a la piscina del emprendimiento. La tetaceta -una maceta colgante con forma de seno- la puso en el mapa, sin embargo esta pieza no es más que una en su extensa colección de obras que, eso sí, siempre giran en torno a la anatomía humana. En los estantes del local se acumulan torsos, manos, dedos y senos, el elemento protagonista, además en objetos tan diversos como macetas, pendientes o corchos de botella.
¿El motivo? “No lo sé. Creo que me resulta más interesante, más visceral… Una de mis primeras piezas fue una taza en forma de teta, siempre me han tirado la anatomía y el arte figurativo. Lo que me sorprendió fue la sorpresa de la gente, al final tetas tenemos todas, todos y todes”, bromea, entre risas.
Sea como sea, en cerámica no existen dos piezas iguales. “Todas son distintas, como el trabajo de cada persona pues siempre prevalece una parte de ti, del momento en el que estás, de lo que sientes. La cerámica evoluciona contigo”, asevera.
Un aniversario por todo lo alto
Con motivo de su primer año de actividad, la zaragozana se unía a otras creadoras locales para crear en La Nectarina un Pop Up Market muy especial y, de paso, celebrar la Navidad por todo lo alto. La cita tenía lugar el jueves, 21 de diciembre, y lo hacía en compañía de María Ruano, de la tienda de residuo cero Así Sin Más; la ilustradora Andrea Ballestín, de Crossbowita y del colectivo de Amor de Primas que llevaba una amplia colección de sus fanzines.
Además, asegura que formar parte de la red de MadeInZgz, a la que se sumó al poco de abrir sus puertas, ha supuesto “un escaparate y una manera de darme a conocer”, afirma.