La cultura popular y la predilección por lo asiático definen los productos que vende Myriam Morales
Una de las virtudes del pequeño comercio reside en que ofrece cosas diferentes. La característica se aplica en el caso de DreamCatcher Zaragoza (calle de Las Armas, 13), tienda que estimula la curiosidad y favorece que el espíritu friki emerja con orgullo. En ella puede encontrarse de todo un poco, desde galletas japonesas a objetos de coleccionismo de franquicias icónicas, diversidad regida por un elemento común: la fascinación por la cultura popular.
Myriam Morales inició su andadura emprendedora con DreamCatcher hace un año, giro profesional llevado a cabo ante la dificultad de hallar la deseada estabilidad en la docencia, su terreno original. La joven ha buscado variar el concepto habitual de local dedicado al ‘merchandising’ mediante un catálogo heterogéneo en torno a productos idóneos para los regalos y el capricho fan que no obstante no se suelen localizar en negocios similares.
A su vez, como rasgo distintivo, Morales refleja en DreamCatcher su absoluta predilección por lo oriental, plasmada por otro lado en las tres veces que ha visitado Corea del Sur. No es casual que lo primero que atraiga a los clientes sean las chucherías japonesas de coloridos (y recargados) envoltorios y originales mezclas de sabores. Entre estas destacan los palitos de chocolate y sobre todo el kit para mezclar los ingredientes y preparar unas ‘gyozas’ (empanadillas) o una ración de sopa ‘ramen’ en versión azucarada. El terreno alimentario se completa con salsas, refrescos y los clásicos fideos.
El guiño al componente más particular de DreamCatcher incluye cosméticos coreanos (mascarillas para mujeres y cremas para hombres) y prendas japonesas como las ‘yukatas’. El guiño a lo asiático se manifiesta asimismo en la vertiente espiritual y de relajación, con cuencos tibetanos e inciensos de la India.
Los objetos decorativos también seducen a los curiosos, en especial los gatos de la suerte en los que se pueden dejar los bolígrafos. Morales, presente en los tradicionales mercados veraniegos y que acepta encargos personalizados, añade cada semana nuevos productos y en paralelo trabaja en la potenciación de su tienda ‘online’.
No se puede negar la genialidad de Mirian.