Pasta fresca de Zecchi, la gastronomía italiana que comen los italianos.

Elisabeth G Iborra 11 enero, 2018

Llevamos toda la vida comiendo pasta, pero realmente no tenemos mucha idea de lo que es la verdadera comida italiana. Para los italianos nuestra pasta es como para los españoles una paella en Londres, una aberración. En nuestra ignorancia, ni siquiera nos percatamos de sacrilegios varios como que la pasta no se cuece tanto, sino que ha de estar al dente, ni ha de estar inundada en salsa, ni mucho menos los espaguetis se cortan, ¡es pecado mortal!

 

 

 

En Zaragoza hacía mucha falta

Rebeca Ruberte y Manu Zecchi.

Y entonces, para tirarnos todos los mitos abajo y mostrarnos la gastronomía que comen sus paisanos, llega Emanuele Zecchi, de Monza, allá cerquita de Milán, que es la pareja de Rebeca Ruberte desde que ella marchó de Zaragoza hace 21 años, y ve la carencia absoluta de un obrador de pasta fresca en la ciudad natal de su mujer… y la convence para mudarse aquí a montarlo. Mas no así a lo loco, no. Durante sus dos últimos años en Italia, la familia Zecchi-Ruberte, los niños incluidos, estuvo haciendo cursos para aprender a hacer pasta y pizza de la forma más profesional a la par que artesanal posible. Y cuando ya aprendieron toda la parte técnica, se volvieron para tierras mañas a hacer arte y, voilá, en Cesar Augusto 29 tenemos su tienda, con el obrador abajo, muy frecuentado, por cierto, de italianos afincados aquí que echaban de menos su auténtica gastronomía.

 

 

 

 

#LomejordeItaliaenZaragoza

 

Pasta de verdad. Hecha con huevos camperos y con amor, eso ante todo. Parpadelle al curry, únicos donde los haya, o con paprika; tagliatelle nero di sepia, que Rebeca sugiere comer con unas gulas y alioli; raviolis y tortellinis rellenos de quesos o de patata y longaniza o de espinacas con ricota (que con su queso gongonzola están de lujo), o de berenjena con mozzarella, ricotta y pecorino; espirales de borraja, que para eso es producto regional y están arrasando… Así como los ñoquis y los caserecce 100% integrales veganos, sin huevo ni nada que recuerde al mundo animal, que tienen un sabor increíble incluso para los que nos comeríamos un cocodrilo a bocados. Las espirales de espelta están haciendo las delicias de los intolerantes al trigo, y han importado paquetes de pastas sin gluten desde Italia para colmar los paladares celíacos, incluso hay una hecha con harina de legumbres.

 


 

 

La pizza está elaborada con masa madre, que no es fácil de encontrar en ningún sitio, y mucho menos que no esté congelada previamente, sino sacada del horno para llevar a diario, de modo que si la tienes que congelar o la recalientas en tu propio horno, te vuelve a saber como recién hecha. No dudes en probar una porción si te los encuentras un domingo en el Mercado de Las Armas, o pásate por la tienda y te la calientan al momento. La de tomate con Scamorza es deliciosa, así como su focaccia crujiente, alguna con aceitunas o rellena con auténtica mortadela de Bolonia. Pues, por supuesto, han traído embutidos como la finocchiona toscana o la coppa de jabalí o cerdo, jamón cocido italiano, speck, bresaola, ‘ndugia… Y el guanciale, que es una especie de panceta especial para la carbonara, la cual, ahí te va otro mito al suelo, no lleva nata, y con pecorino ya te relames.

 

Hablando de quesos, también venden la mejor burrata y mozzarella de bufala que vas a hallar en Zaragoza, así como gorgonzola, scamorza ahumada y, su apuesta personal, el Lodigiano, que sabe mejor que los conocidos Parmesano y el Grana Padano. Ah, y cada día cocinan una receta diferente to take away, para que te lleves la pasta recién hecha a la oficina, o te la comas en un banquito allí mismo o en las plazas de los alrededores.

 

La lasaña al pesto es Dios

 

Ahora bien, como la lasaña al pesto con quesos que hace Rebeca no hay nada. Nada comparable a ninguna lasaña que te hayan cocinado en tu vida. Es una experiencia épica, que, maridada con sus vinos italianos blanco, tinto, moscato o prosecco, constituye la cena perfecta si tienes que quedar bien con amigos. La de carne está buena, y los canelones por supuesto, pero el pesto es otro nivel. Te lo venden como salsa para el resto de su pasta si lo prefieres a los botes de salsas también importadas en Italia, por ejemplo, la de Norcina, que acompaña de maravilla los tallarines de Ras el hanout.

 

 

Canelones y lasañas, la locura.

 

La última de sus novedades es «il vero caffè italiano», el Caffe Vergnano 1882, para hacer en cafetera, cápsulas compatibles con Nespresso (biodegradables) o para llevar. Que están estupendos para una sobremesa con sus licores del país hermano.

 

Puedes estar al tanto de sus propuestas diarias en su cuenta de Instagram, su Facebook y próximamente en su web en construcción. Y si necesitas un catering o ir directamente a recoger tu pedido sin entretenerte, aceptan encargos al 876161316, al 640569828 por llamada, whatsapp o mensaje directo en sus redes.

 

¡Ojo con ellos, porque no pararán hasta que no nos traigan todo el sabor de Italia a la ciudad!

 

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